El último plazo conocido para que abriera al público el paseo de Bouzas que está reformando el Concello de Vigo apuntaba a principios de mayo. No obstante, el alcalde de la ciudad, Abel Caballero, prefería fijar como referencia un evento marcado en rojo en el calendario del barrio: la celebración de la Brincadeira. Cuando acaba de empezar el mes, el regidor local ha querido mantener ese fin de semana del 13 y 14 de mayo como límite para poner a disposición de la gente ese lugar estratégico para la citada fiesta.
Caballero espera que no se produzca otro retraso, que supondría un varapalo para la Brincadeira y para los locales de hostelería que llevan casi un año y medio padeciendo una obra cuyo periodo teórico de ejecución era de once meses. Los avatares han sido diversos. Actualmente, según ha informado el alcalde este miércoles, “estamos esperando a que llegue madera para hacer el resto del cubrimiento” del paseo.
Caballero visitó hace poco más de un mes las labores que emprendió la empresa Civis Global en noviembre de 2021. Allí, se mostró “entusiasmado” por cómo está quedando la reforma, que discurre entre la iglesia de San Miguel y el puente de la VG-20. Así, la actuación abarca casi 8.000 metros cuadrados de superficie y casi medio kilómetro de longitud. El Concello de Vigo invierte en ello 3,2 millones de euros.
Gran parte de este espacio, que arrastraba un deterioro evidente, estará compuesto por un suelo de madera que ya no discurrirá en voladizo. Asimismo, se avanza en la creación de áreas verdes y de descanso con bancos, asientos e incluso tumbonas. Al lado de los establecimientos de hostelería llamarán la atención varias pérgolas, que tendrán vegetación al estilo de lo que ya sucede en la Ronda Don Bosco.
Pero los elementos que más impactan a la vista son los nuevos graderíos habilitados en el ámbito más cercano a la VG-20. A través de media docena de escalones, se podrá acceder a la playa, algo que antes no ocurría en este punto del paseo. En su lugar había una especie de escollera poco estética. Además, la cota existente impedía bajar a la arena.
Está previsto que estas gradas sirvan también de punto de encuentro donde descansar, charlar o incluso tomar el sol. Al igual que en el césped que habrá en las proximidades, junto a un jardín vertical. Con esto se pretende acercar a la gente al medio natural.
Precisamente “volcar la ciudad hacia la playa”, para la que se ha solicitado por primera vez la bandera azul, era uno de los objetivos que se enfatizaban al iniciar esta actuación. Adicionalmente, habrá tres zonas de acceso al mar y una que podrá ser utilizada por personas con movilidad reducida.
Asimismo, se instalarán puntos de información con paneles explicativos, cargadores de USB o aparcabicis. También se renueva la iluminación y el saneamiento.