El alcalde de Vigo, Abel Caballero, no quiso profundizar mucho, a lo largo de la semana pasada, en la convocatoria de reunión que realizó el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda para el próximo 3 de octubre. Pero este lunes ha definido su postura al respecto e incluso ha concretado sus condiciones para que ese encuentro se haga realidad. Básicamente, estableció dos exigencias para ello.
En primer lugar, la reunión debe producirse entre ambos. Y punto. Nadie más debe estar presente. El regidor vigués elimina así de la ecuación a la delegada de la Xunta en la ciudad, Marta Fernández-Tapias, a quien Rueda incluyó en la citación.
Por otro lado, la sede debe ser el despacho de alguno de los dos intervinientes. Es decir, en la planta primera del ayuntamiento de Vigo, donde ejerce Caballero, o en el edificio presidencial de San Caetano. “Si se hace en Santiago, yo estaré encantado de estar en el despacho del presidente de la Xunta. Pero si la reunión se hace en Vigo, yo estaré encantado de recibir en el ayuntamiento de Vigo al presidente de la Xunta. Encantado de recibirlo”, declaró.
De este modo, Caballero descarta también el emplazamiento elegido por el Gobierno gallego, que era la delegación territorial de la calle Concepción Arenal. “Si la reunión va a ser en Vigo, la lógica democrática dice que debe ser en el ayuntamiento de Vigo. Esta es una reunión bilateral entre el alcalde y el presidente de la Xunta”, insistió el regidor.
Para reforzar sus argumentos, el primer edil olívico recordó que las primeras reuniones que él mantuvo con los expresidentes Emilio Pérez Touriño y Alberto Núñez Feijóo transcurrieron en el edificio municipal de la Praza do Rei.