La nueva tala que se está ejecutando en la Gran Vía de Vigo ha suscitado otra polémica por la eliminación de árboles de gran porte en una arteria tan importante de la ciudad. Pero el alcalde, Abel Caballero, ha querido atajarla este viernes recordando que un informe técnico recomienda cortar 54 ejemplares de gran longevidad. Además de rememorar trágicos sucesos como el acontecido en 2021 en Mondariz-Balneario, el Concello ha difundido ese documento otra vez este mismo viernes.
En él, se recoge que esos árboles suponen un riesgo para las personas. El análisis elaborado por un ingeniero agrónomo colegiado, que firma el estudio, concluye que 41 castaños de Indias y 13 tilos representan un peligro potencial, evaluado en la mayoría de los casos con 11 puntos de 12 posibles.
Ese índice se mide a través de la fórmula de Matheny y Clark, elaborada en 1994 en los Estados Unidos. Se trata de una suma de tres cifras que tienen, como máximo, un riesgo de 12 puntos. La primera cifra evalúa la probabilidad de que falle una estructura determinada (árbol o rama), sobre un máximo de 4. La segunda pondera el volumen de madera evaluada y mide el perímetro del tronco con probabilidad de fallo, también sobre un máximo de 4. Y la tercera establece, sobre otro máximo de 4, la magnitud del posible daño de producirse el fallo.
Así, estos 54 árboles presentan un rango muy cercano al máximo establecido, por lo que “en aras de evitar posibles daños a terceros” este experto aconseja la tala. Una actuación motivada por las obras de instalación de rampas mecánicas en el bulevar y de renovación de las aceras de los extremos de la avenida. Tanto ahora como en la primera fase, entre las calles María Berdiales y Venezuela. De hecho, el informe data del 3 de octubre de 2017.
Por otro lado, se aprecian problemas de salud en otros 29 naranjos y en 45 camelias en la mediana, donde irán las cintas transportadoras. Sin embargo, ve la posibilidad de tratarlos y, sobre todo, de recuperarlos si son llevados a otra zona de Vigo con menos incidencia de tráfico y tránsito de personas.
“La práctica totalidad están afectadas por el hongo ‘ciborinia camelliae’, que provoca el marchitamiento precoz de la flor. La causa más probable es la sensibilidad de la camelia a la contaminación producida por los humos de los vehículos. Se recomienda el trasplante de las 45 camelias un lugar apartado de las vías de circulación de vehículos y, después de un año, un tratamiento fungicida”, explica este ingeniero agrónomo sobre las camelias.
Además, expone que los naranjos amargos están afectados por la ‘psila’ africana de los cítricos y que “es preciso realizar un control fitosanitario constante (3-4 tratamientos anuales con insecticidas de media-alta toxicidad), por lo que es muy poco compatible con la frecuencia de uso habitual del lugar”. “Recomiendo por todo ello el trasplante de todos los naranjos a jardines donde la presencia de usuarios sea de mucho menor frecuencia que la que tiene la mediana de la Gran Vía de Vigo”, concluye.
Mala ubicación
Muchos de los árboles talados tienen más de 40 años de vida. Sin embargo, según el informe, “crecieron y crearon problemas de interacción con las viviendas”, lo cual “se trató de un error en la elección de especie para ese lugar: árboles con un desarrollo demasiado grande para su ubicación”.
Las quejas subsiguientes provocaron que las empresas de mantenimiento procedieran a su poda reiterada durante más de 20 años. “Estas labores han creado estructuras con una peligrosidad potencial muy elevada que es preciso corregir”, indica el técnico, ya que “estas podas han servido de vías de entrada a hongos patógenos y han creado copas artificiales sobre los mencionados cortes inestables, generando árboles con índices de peligrosidad potencial”.