Periódicamente, la Biblioteca del Estado de Vigo regresa a la actualidad y así ya son casi veinte años los que la ciudad espera por ese ansiado proyecto, que ya ha ocupado en el imaginario colectivo numerosas ubicaciones –la última decidida es en los antiguos juzgados– y también ha sido representada en otras tantas infografías. Coincidiendo esta semana con la celebración del Día del Libro, el 23 de abril, esta ansiada dotación sale otra vez del cajón con motivo de la aprobación, por parte del gobierno local, del plan especial que permitirá, en pasos posteriores, poder aprobarlo de forma definitiva y remitirlo, una vez tenga luz verde de la Xunta, al Ministerio de Cultura. A partir de ahí podría licitarse el proyecto –que no la obra–, como primer paso en firme. Las grúas todavía tardarán en llegar a la calle Lalín.
«Por fin y a pesar de la oposición frontal de la Xunta y del PP, Vigo tendrá Biblioteca del Estado». Esas fueron las palabras que ha esgrimido de nuevo este viernes el alcalde, Abel Caballero, para devolver al debate político uno de los grandes compromisos pendientes junto con la reforma de la Avenida de Madrid, la urbanización del Barrio del Cura o la recuperación de la Panificadora, entre otros.
La razón es que el próximo martes, la Gerencia de Urbanismo aprobará provisionalmente el Plan Especial de Infraestructuras y Dotaciones de la Biblioteca del Estado que, anunció, ya tiene incorporados todos los informes preceptivos y ahora se remitirá a la Dirección de Urbanismo, que tiene que emitir en el plazo máximo de tres meses un informe. «Será positivo», vaticinó el regidor vigués, que ha explicado que dicho plan ya se ha sometido a información pública y supone un nuevo paso hacia la ansiada culminación de esa gran promesa que han esgrimido (prácticamente) todos los Gobiernos en Madrid desde hace casi dos décadas y tanto él –en su décimo sexto año de mandato– como su predecesora en el cargo, Corina Porro.
«Seguimos dando pasos importantísimos para la construcción de la Biblioteca del Estado en Vigo», ha insistido Caballero, que recordó que el anterior ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, comprometió en el mes de mayo de 2023 un coste de entre 20 y 30 millones de euros. «El ministro anterior había planificado un coste de aproximadamente 22 millones de euros, al igual que la Biblioteca del Estado que se está construyendo en Barcelona», ha remarcado. Lo cierto es que en aquella visita de Iceta, hace casi un año, Caballero ya había anunciado que el plan especial para completar la recalificación del suelo se encontraba en exposición pública y que confiaba en que fuese aprobado definitivamente en junio y remitido a Madrid en septiembre de 2023.
Esta infraestructura contaba en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 con una partida de apenas 100.000 euros y en aquella visita a Vigo, Iceta –su sucesor Ernest Urtasun no se ha pronunciado todavía al respecto– aseguraba que se consignarían otros 9,3 millones en los ejercicios siguientes, hasta 2026. «Hay que decirlo, no va a ser mañana», decía entonces Iceta en Vigo con respecto a los plazos, a la vez que aventuraba –sin éxito– que el proyecto se licitaría en 2023 y que las obras podrían también licitarse en 2024.