El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha intensificado su campaña para revertir la exclusión de la ciudad como sede del Mundial de fútbol de 2030, esta vez con el respaldo del sector cultural. En una reunión celebrada con representantes de la cultura de Vigo, el regidor ha defendido con vehemencia la candidatura de Balaídos, subrayando que la pérdida de esta oportunidad supone un freno para proyectar el potencial cultural de la ciudad a nivel global. Caballero ha anunciado un plan para desarrollar una extensa programación cultural previa al evento, con el objetivo de posicionar a Vigo como un referente internacional.
Un encuentro para movilizar la cultura viguesa
La reunión de esta mañana en el Concello ha congregado a diversos agentes culturales de la ciudad, desde artistas hasta gestores, en un esfuerzo por alinear sus propuestas con la defensa de Vigo como sede mundialista. Caballero, que ya se reunió el lunes con representantes del sector hotelero y del taxi, ha destacado la importancia de integrar la cultura en la estrategia de la candidatura. «El mundo del deporte y del fútbol debe ir acompañado de la capacidad cultural de la ciudad», afirmó, presentando la cultura como un pilar esencial de la marca Vigo.
El alcalde fue contundente al señalar las consecuencias de la exclusión de Vigo por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF): «Cuando nos roban la opción de ser sede del Mundial, están quitándonos la posibilidad de mostrar nuestro desarrollo cultural al mundo». En este sentido, Caballero denunció que la decisión priva a la ciudad de tener «el foco del mundo» centrado en ella, un escaparate que considera crucial para visibilizar su riqueza cultural.
Una programación cultural de dos años
El Concello de Vigo ya trabaja en un boceto de lo que será una ambiciosa movilización cultural, diseñada para desplegarse durante al menos dos años previos a la celebración del Mundial 2030. Aunque los detalles aún están en fase de desarrollo, Caballero adelantó que el programa buscará involucrar a todos los sectores culturales de la ciudad, desde el teatro y la música hasta las artes visuales y la literatura. El objetivo es crear un calendario de eventos que no solo refuerce la candidatura de Vigo, sino que también consolide su imagen como un destino cultural de primer orden.
El sector cultural, según el regidor, ha mostrado un «apoyo expreso y total» a esta iniciativa. Los asistentes al encuentro expresaron su compromiso para contribuir a la programación, conscientes de que el Mundial representaría una oportunidad única para proyectar sus creaciones a una audiencia global. «La cultura es una parte fundamental de la marca Vigo, y el Mundial será un escaparate magnífico», subrayó Caballero, reafirmando su visión de la ciudad como un polo cultural dinámico.
Una defensa de la candidatura
Abel Caballero ha dejado claro que no escatimará esfuerzos para revertir la decisión de la RFEF, que optó por otras ciudades como San Sebastián en detrimento de Vigo. «Voy a defender la sede de Vigo con todas las fuerzas posibles», prometió el alcalde, quien ha convertido esta causa en una prioridad de su agenda. Su estrategia pasa por movilizar a todos los sectores de la ciudad, desde la hostelería hasta la cultura, para generar una presión colectiva que obligue a la Federación a reconsiderar su postura.
La exclusión de Balaídos ha generado un profundo malestar en Vigo, una ciudad que lleva años invirtiendo en la modernización de su estadio y que aspiraba a ser un referente en el Mundial 2030. Caballero ha insistido en la necesidad de transparencia en el proceso de selección de sedes, exigiendo a la RFEF que publique los criterios y puntuaciones de las candidaturas. Esta demanda, que también ha sido respaldada por la Diputación de Pontevedra en debates recientes, busca esclarecer las razones detrás de la decisión.
La visión de Caballero trasciende lo deportivo, enfocándose en las oportunidades que el Mundial podría brindar a Vigo en términos culturales y económicos. La celebración de partidos en Balaídos atraería a miles de visitantes, generando un impacto significativo en sectores como el turismo, la hostelería y el comercio. Sin embargo, el alcalde pone especial énfasis en el potencial cultural del evento, que permitiría a Vigo mostrar al mundo su vitalidad creativa y su capacidad para organizar eventos de envergadura.
La programación cultural previa no solo serviría como un complemento al Mundial, sino que también reforzaría la cohesión social de la ciudad, involucrando a la ciudadanía en un proyecto colectivo. «Queremos que el mundo vea lo que Vigo es capaz de hacer», afirmó Caballero, apelando al orgullo vigués como motor de esta campaña.
Próximos pasos en la lucha por Balaídos
Tras las reuniones con el sector hotelero, del taxi y ahora con el cultural, Abel Caballero continuará su ronda de contactos con otros agentes sociales y económicos de la ciudad para sumar apoyos a la candidatura. El Concello espera presentar en las próximas semanas un plan más detallado de la programación cultural, que servirá como carta de presentación ante la RFEF y otras instituciones. Mientras tanto, el alcalde mantiene la presión sobre la Federación, insistiendo en que la exclusión de Vigo es una decisión injusta que aún puede revertirse.
Con el Mundial 2030 en el horizonte, Vigo se moviliza para reclamar su lugar en la cita futbolística más importante del planeta. La apuesta de Caballero por la cultura como eje de esta lucha refleja la ambición de una ciudad que no se resigna y que está decidida a brillar en el escenario global.