Las obras de la Gran Vía entran en una nueva fase y, debido a ello, el tráfico por la avenida se ve modificado sustancialmente. La empresa que ejecuta la reforma de los nuevos tramos de rampa mecánica cambia ahora el lado sobre el que debe actuar y, tal y como estaba planificado, el bypass de circulación también se mueve de un margen a otro de la vía. De este modo, los vehículos ya no compartirán calzada en la zona descendente entre la calle Venezuela y el túnel de la Praza de España, sino en la ascendente.
Efectivos de la Policía Local y diversos operarios llevan desde primera hora de la mañana de este martes aplicando progresivamente las modificaciones que hay que introducir. Poco a poco se ha ido viendo cómo la parte de la Gran Vía que lleva hacia Lepanto quedaba liberada de automóviles y de señalización, que han pasado al otro lado del extinto bulevar. Aquí se ha dividido la calzada en dos, para subir como es habitual y para bajar desde la salida del túnel.
Los conductores que bajen retomarán el trayecto habitual al llegar a la altura de la calle Venezuela. Aquí se girará para volver al sentido descendente. O, lo que es lo mismo, a los números impares de la avenida.
Según remarca el Concello de Vigo en su página web, la Gran Vía permanecerá cortada entre los números 31 (confluencia con Venezuela) y 57 (confluencia con Honduras). También se cierran los cruces con las calles Bolivia y Nicaragua.
Esta regulación del tráfico se mantendrá durante cuatro meses, es decir, hasta noviembre. Para ese mes deberían haber acabado las obras, cuyo fin estaba previsto inicialmente para octubre.