Carmela Silva ofreció este lunes su “última rueda de prensa como presidenta de la Deputación de Pontevedra”. La dirigente provincial durante los últimos ocho años se despidió del cargo “agradecida” y dispuesta a “reflexionar debidamente” sobre el “inesperado” resultado electoral de este 28 de mayo, ya que admite haber incurrido en un “error de percepción”.
Silva ha dado su “enhorabuena” al Partido Popular y ha achacado el fin de su mandato a la ley electoral. Según subrayó, el PP logró el 36,67% de los votos, el PSOE el 33,94% y el BNG el 18,13% en la provincia. De esta manera, las formaciones de izquierda suman el 52,07% de los apoyos y, aun así, pierden la Deputación de Pontevedra por la “distribución” que se da a esos sufragios a través de los distintos partidos judiciales.
“Se dio la tormenta perfecta”, sostuvo la socialista, que lamentó los “malos” datos en O Morrazo y reseñó el “excelente” resultado del PP en O Porriño. Eso sí, no se olvidó de “presumir” del “excelentísimo” balance en Vigo con Abel Caballero al frente. En todo caso, asumió las “reglas del juego”: “Son las normas y hay que aceptarlas con calidad democrática”, declaró.
Por ello, a partir de ahora iniciará un traspaso de poderes “como hay que hacerlo”. “Me quiero ir con la elegancia que se debe tener en política”, ha anunciado este lunes al día siguiente de las elecciones municipales. Una cita de la que aguardaba otro desenlace: “Para nada esperaba este resultado, estaba absolutamente convencida de que íbamos a tener un extraordinario resultado”, recordó.
Su balance de los ochos años en los que ha presidido la Deputación de Pontevedra ha sido positivo. Se marcha, pues, “absolutamente orgullosa” del trabajo realizado, que a su juicio “fue imposible hacerlo mejor”. También consideró un “privilegio” haber estado al frente de “un paraíso que tenemos que cuidar”. “Siento un inmenso orgullo de estos dos mandatos de un gobierno que transformó como nunca la provincia y que va a quedar como un ejemplo de buen hacer”, resumió.
Tras agradecer la colaboración prestada por su equipo, el funcionariado y gobierno de coalición durante dos mandatos de “intensísimo trabajo”, la concejala viguesa evitó “prejuzgar al siguiente gobierno pero avanzó que “sufriría si se volviera al pasado” tras el “avance” registrado desde 2015.