Vigo y su área metropolitana se encamina a un fin de semana cargado de música, gastronomía y tras San Amaro y San Sebastián, llegan, hoy y mañana, As Candelas y San Blas.
A las 9 de la mañana, el estruendo de una salva de bombas resonaba en el aire, anunciando con solemnidad la llegada de un día especial para el barrio de Castrelos. Entre risas, saludos y confidencias, lugareños y visitantes intercambiaban vivencias desde primera hora de la mañana, acompañados por las melodías de la Charanga Noroeste y las resonantes gaitas de la agrupación Lume de Cana.
El punto culminante de la jornada llegó a las 12:30, cuando la Coral del San Roque de Vigo entonaba la misa solemne. Una eucaristía que contó con una tradición ancestral, la suelta de, en este caso, seis palomas, un gesto simbólico llegado a nuestros días desde la milenaria tradición hebrea llevada a cabo en la presentación de un niño en el templo.
As Candelas, arraigada en la conmemoración de la presentación del Niño Jesús en el templo, cobró vida en Castrelos a través de una tradición secular: la Danza do Encontro.
En este ritual, la imagen de la Virgen de la Asunción, ya que a la Virgen de las Candelas no se le puede despojar del Niño, fue llevada por los devotos. Acompañada por el pendón rojo, símbolo del pueblo, que realizó el saludo tradicional con tres genuflexiones. Este gesto fue correspondido por el pendón blanco, representante de la Iglesia, recibiendo el cortejo desde el altar.
Tras la solemne misa, la procesión, acompañada por el alcalde y miembros de la corporación municipal, rodeó la iglesia de Santa María de Castrelos al compás de la música tradicional. El regreso al templo marcó el inicio de un emotivo homenaje a los mayores de la parroquia, «os avós da parroquia», que fue amenizado, de nuevo, por la Charanga Noroeste.
Pero As Candelas también es el día que proyecta el destino del invierno. Al igual que en Estados Unidos As Candelas es Día de la Marmota en Galicia, que dependiendo de la presencia del sol, predicen la duración del invierno. Desde el atrio de la Iglesia de Santa María de Castrelos, en este cálido y luminoso 2 de febrero, el refranero popular sugiere que lo más crudo del invierno aún está por venir.
“Se a Candelaria chora, o invierno vai fora; e se rí, o inverno está por vir”, reza el refrán. Este viernes, el sol que brilló sobre Castrelos pronostica, por lo tanto, que todavía queda invierno.
En la tarde, la celebración prosiguió con la reaparición de la Charanga Noroeste y el Grupo Tic-Tac, llenándose así Castrelos de música y baile. As Candelas se ha convertido en algo más que una celebración religiosa, se trata de un vínculo tangible entre lo comunitario y la tradición.