La prudencia que aconseja la llegada del ciclón explosivo ‘Ciarán’ se ha dejado notar en Vigo y su área metropolitana este miércoles horas antes de que haga acto de presencia en toda su crudeza, tal y como pronostican las previsiones meteorológicas. Así, el Ayuntamiento de Vigo cerró los cementerios a las cuatro de la tarde, en lugar de las seis y media, como estaba previsto en un inicio, las celebraciones de Samaín se suspendieron y los barcos del transporte de ría dejaron de navegar a las cuatro y media de la tarde. Además, Renfe ha anunciado la interrupción de la circulación ferroviaria entre Ourense-Vigo y A Coruña-Ferrol por las condiciones meteorológicas. Señales todas inequívocas de que toca ponerse a resguardo.
De hecho, cuando lo peor está aún por llegar, el 112 ha afirmado que entre el mediodía y las seis de la tarde de este miércoles registró 84 alertas. No en vano, en Galicia permanecen activas alertas de nivel naranja por viento en tierra y naranja y rojo por fenómenos meteorológicos adversos en el mar.
Las incidencias registradas hasta ahora no han causado afortunadamente daños personales y están relacionadas, sobre todo, con las vías de circulación, con 32 caídas de ramas y árboles y 9 desprendimientos de cables de la luz o telefónicos. El resto de las alertas se debieron a incidentes con material eléctrico, a un par de inundaciones en viviendas y garajes, o a accidentes leves de diferente tipo.
También se han llevado a cabo en ese periodo 19 intervenciones de los servicios de emergencias para evitar riesgos mayores, entre ellas apuntalamiento de tejados o retirada temprana de vegetación.
Por provincias, la que más ha sufrido los efectos de la meteorología adversa es la de A Coruña, en la que se registraron 35 incidencias, seguida de Pontevedra (28), Lugo (13) y Ourense (7). Entre los ayuntamientos más castigados está el de Vigo, donde en estas horas se han registrado ya tres incidencias, al igual que en los concellos de A Coruña, Negreira y San Sadurniño.
Lo que viene
Sin embargo, lo peor está por venir. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el fenómeno meteorológico por temporal costero provocará desde primeras horas de la madrugada mar combinada del oeste o del noroeste con ondas de hasta 9 metros y viento del oeste de fuerza 8 y localmente fuerza 9.
Afectará al noroeste y sudoeste de la costa coruñesa. En el resto del litoral, a partir de esta tarde y, por lo menos, durante toda la jornada de mañana, continuará activa la alerta naranja por mar combinada del oeste o del noroeste con ondas de hasta 8 metros y vientos del oeste o sudoeste de fuerza 8.
Segunda noche de alerta
Vigo ya experimentó anoche de lo que es capaz la meteorología adversa cuando se pone realmente brava. Cayeron más de 14 litros por metro cuadrado en apenas diez minutos que provocaron el caos. Si hasta las 23:50 la estación meteorológica de Meteogalicia en el centro de la ciudad recogió 2,6 litros, en los diez minutos siguientes recogió 14,2, una tromba de agua que desbordó la capacidad del alcantarillado.
La noche de Halloween de este 2023 será recordada por las tapas levantadas y auténticos géiser en las principales canalizaciones hacia el mar, con zonas como Areal, Julián Estévez, Aragón, Balaídos o Castrelos convertidas en piscinas y las balsas de agua complicaron la circulación.
Prudencia
Ante la posibilidad de que la cosa pueda ser incluso peor esta noche, más vale prevenir, como vienen advirtiendo las autoridades. Se esperan vientos especialmente intensos en las provincias de A Coruña y de Lugo; además, Ciarán afectará a la zona de montaña de Ourense y también el interior de Pontevedra. En las Rías Baixas se esperan rachas que irán en aumento con el paso de las horas hasta alcanzar los 100 km/h.
Ante esta situación, se recomienda retirar macetas de los balcones ante posible riesgo de caída, estar pendiente de árboles, ramas y cables eléctricos y telefónicos, apuntalar estructuras susceptibles de ser arrastradas por el viento, vigilar por donde se camina, sobre todo si se hace junto a edificios en condiciones manifiestamente mejorables y, en fin, resguardarse hasta que escampe.