Esta mañana se han iniciado las obras necesarias para la creación de la primera Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Estas obras, que tendrán lugar en el entorno de la Plaza de Compostela, se extenderán hasta el 4 de octubre, marcando el inicio de la implementación de medidas sostenibles en la ciudad. Sin embargo, este proyecto, que debería haber estado en marcha desde hace tiempo, ha enfrentado múltiples retrasos, incumpliendo los plazos establecidos tanto a nivel local como nacional.
¿Qué es una Zona de Bajas Emisiones (ZBE)?
Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son áreas delimitadas por las administraciones locales en las que se aplican restricciones al acceso, circulación y estacionamiento de vehículos, con el objetivo de mejorar la calidad del aire y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas zonas son parte de las estrategias urbanas para mitigar el cambio climático y promover una movilidad más sostenible.
En España, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece que todas las ciudades con más de 50.000 habitantes deben contar con al menos una ZBE desde el 1 de enero de 2023. Estas zonas restringen el acceso a vehículos contaminantes, incentivando el uso de medios de transporte más limpios y reduciendo la huella de carbono en las áreas urbanas.
Retrasos en su implementación
A pesar de la obligatoriedad de establecer ZBE desde principios de 2023, Vigo ha demorado en su implementación. La primera fase del proyecto debería haber sido completada antes del 28 de noviembre de 2023, pero el inicio de las obras se ha retrasado hasta hoy. Esta demora ha generado críticas, ya que la ciudad ha incumplido con los plazos establecidos, afectando la calidad del aire y el bienestar de los ciudadanos y estando a expensas de diversas sanciones por parte del gobierno central.
El Concello de Vigo había aprobado en septiembre de 2022 la creación de cuatro ZBE, que se extenderían por más de 67 hectáreas, divididas en las zonas Centro, Plaza Portugal, Bouzas y Calvario. La inversión total prevista para este proyecto es de 5,4 millones de euros, con la esperanza de obtener más de 5 millones de euros en fondos europeos. Sin embargo, la ejecución de estas zonas ha estado marcada por retrasos y controversias.
Detalle de las ZBE en Vigo
Las ZBE en Vigo estarán divididas en cuatro áreas principales:
- Zona Centro: Cubriendo 400.000 m², delimitada por calles clave como Cánovas del Castillo, García Olloqui, Plaza Compostela y Urzáiz.
- Zona Plaza Portugal: Abarcando 37.800 m², incluyendo calles como Uruguay, República Argentina y Cervantes.
- Zona Bouzas: Con una extensión de 170.000 m², delimitada por calles como Paseo Paz Andrade y Avenida Atlántida.
- Zona Calvario: Comprendiendo 64.000 m², incluyendo Jenaro de la Fuente y Gregorio Espino.
Estas zonas han sido seleccionadas en función de criterios como la densidad de población, la intensidad de tráfico, la contaminación acústica y la proximidad a zonas verdes. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los residentes mediante la reducción de la contaminación atmosférica y la promoción de un entorno urbano más saludable.
Implicaciones y futuro
La creación de las ZBE en Vigo no solo implica restricciones de tráfico. La implementación requiere de una infraestructura completa, que incluye la señalización adecuada, sistemas de control de accesos y aparcamiento, y sistemas de gestión que permitirán monitorizar y regular el acceso de vehículos. Además, se contempla la instalación de sensores y medidores de calidad del aire para evaluar el impacto de estas medidas.
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha manifestado en varias ocasiones que, aunque la ley obliga a sancionar a quienes incumplan las restricciones de las ZBE, en Vigo no se impondrán multas inmediatas, sino que se optará por advertencias con un enfoque informativo. Sin embargo, esta postura ha generado debate, ya que contrasta con lo que establece la normativa nacional sobre la obligatoriedad de imponer sanciones en estas zonas.
La implementación de las Zonas de Bajas Emisiones en Vigo, aunque tardía, representa un paso hacia la sostenibilidad urbana. A medida que avanzan las obras, la ciudad se enfrenta no solo al reto de cumplir con las exigencias legales, al mismo tiempo, educar a la población sobre la importancia de estas medidas que convertirán a Vigo en una ciudad más verde y saludable.