Zona acordonada, avisos por megafonía prohibiendo el baño desde las siete y media de la tarde y máxima precaución para la fase clave de la nueva depuradora de Vigo. Las voladuras en el lecho marino para la instalación del emisario comenzaron la tarde de este martes. La empresa adjudicataria dispone desde el pasado mes de abril del permiso de la Dirección Xeral de Minas de la Xunta de Galicia para llevar a cabo las detonaciones. La obra estuvo parada durante tres meses a la espera de la autorización, ya que desde la administración autonómica solicitaron más documentación y mayores medidas de seguridad.
La zona de perforación estuvo balizada con un radio de 50 metros y se comprobó que en un radio de 500 metros no había bañistas, submarinistas o embarcaciones. Poco antes de las siete y media se desalojó gran parte de la playa. La empresa llevó a cabo la voladura controlada unos minutos antes de las ocho, media hora antes de lo previsto. Un fuerte dispositivo policial controló todo el paseo y recomendó adelantar la detonación una vez que la playa estaba libre para causar los menos problemas posibles. El temblor y el ruido se dejó sentir en el arenal y poco después de las ocho era reabierto el arenal.
Área de perforación y volumen de roca
El área de perforación es de 450 metros cuadrados y el volumen de roca a volar es de 1.119 metros cúbicos. Las voladuras de la roca permitirán ahora instalar un tubo de 89 metros de largo que conectará con la canalización que se construye desde la zona de las pistas de tenis del complejo deportivo municipal, en la desembocadura del río Lagares. Se trata de los últimos tramos de tubería de los siete que consta el emisario.
Las obras de canalización para la depuradora cuentan con una inversión de 18 millones y comenzaron en febrero de 2014. El plazo de ejecución es de 21 meses, por lo que, si los retrasos no afectan, la previsión es que finalicen a finales de este mismo año.
Tramos del emisario submarino fondeados en Domaio antes de su traslado a Samil. / Foto: Selika
Los tramos del emisario submarino de la depuradora del Lagares, que debería ser inaugurada en el año 2016, se realizan en un taller de Domaio y son trasladados por mar hasta Samil. El emisario cuenta con 3,7 kilómetros de longitud, de los cuales 3.040 metros son bajo el mar, a 35 metros de profundidad. Los otros 760 metros, los dos últimos que restan por instalar, transcurren por tierra desde Samil y hasta la depuradora que se construye en Coruxo.
Hasta el momento se han colocado unos 1.700 metros de esta canalización y en tierra se ocuparán de forma provisional 13.000 metros cuadrados de terrenos que tras los trabajos se devolverán a sus propietarios.