Así lo aseguró este martes el concejal de Fomento, David Regades, para ratificar que la decisión está tomada y que el Concello sigue adelante con sus planes. «La instalación del barco es cuestión de días», afirmó el edil vigués.
«Coia es un barrio muy vinculado al mar y esta actuación es un homenaje a las mujeres y hombres del mar», indicó. No quiso aclarar Regades cómo solucionarán el problema que se les plantea ahora con la ocupación por parte de un grupo de vecinos de la rotonda de la Avenida de Castelao y se reafirma en que se trata de un movimiento político del PP y del BNG. «Son los mismos que dejaron que se pudriera el barco en el puerto y nosotros tenemos el compromiso de salvar el patrimonio industrial de la ciudad», indicó.
Alrededor de las 01:00 horas de este lunes, corrió como la pólvora la noticia entre los vecinos de que las obras se había reanudado. «Empezaron de nuevo las obras, pásalo». El mensaje logró que una veintena de personas regresasen a la glorieta de Alcampo y se adentrasen una vez más para bloquear a los camiones. Un par de horas después el objetivo se había cumplido y las máquinas se vieron obligadas a dejar su trabajo.
Alrededor de las siete de la mañana, los vecinos celebraron una nueva asamblea para decidir las acciones futuras a tomar. El grupo de vecinos paraliza las obras desde la mañana del pasado jueves al entender que es un «despilfarro» gastarse 300.000 euros «cuando hay gente en el barrio que está pasando hambre».
Pesquero de 23 metros de eslora
A medida que pasan las horas, ha ido en aumento el número de vecinos que se incorpora a la protesta y durante estos dos días han hecho turnos para no abandonar la rotonda. Con megáfonos y coreando consignas, los opositores reciben el apoyo de numerosos vehículos que hacen tocar la bocina cuando pasan por el lugar. «Como de un carballo de una carballeira, no nos moverán», cantan recordando la famosa letra del barco de Chanquete.
El buque «Bernardo Alfageme» es un pesquero de 23 metros de eslora construido en el año 44 en Barreras con la técnica que se empleaba en la época. Abandonado durante muchos años en el puerto, pasó a manos del Concello en el año 2000 y fue finalmente restaurado. La instalación del barco en la rotonda costará unos 300.000 euros.