Miles de vigueses volvieron a echarse a la calle el primer domingo de agosto para mostrar su fervor por el Cristo de la Victoria. La multitudinaria procesión tuvo este año como novedad el primer paso por la remozada Porta do Sol, llamada a convertirse en la gran plaza en el centro de Vigo.
Pero además, la cita religiosa también tuvo un componente político. Y es que el nuevo presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, estuvo presente en la marcha junto al alcalde, Abel Caballero. Ambos compartieron el recorrido por la ciudad tan solo unos días después del tenso cruce de declaraciones y cartas oficiales a la espera de una reunión oficial.
En cualquier caso, gran parte de los devotos del Cristo aprovecharon la mañana, e incluso la madrugada, para realizar el recorrido. No obstante, también fueron muchos los que acompañaron a la talla del Cristo de la Sal en la procesión que comenzó a las 19:30 horas.
Tras abandonar la Concatedral de Santa María, la imagen transitó por calle Real, O Berbés, Cánovas del Castillo, Montero Ríos, Colón y Príncipe para concluir el recorrido en la céntrica Porta do Sol, que se estrenaba así tras las obras. Un gran número de fieles acompañaron al Cristo en este peregrinaje y lo hicieron portando los tradicionales cirios.
Por la mañana, ya fueron muchos los devotos que se acercaron por la Concatedral para rendirle honores al Cristo de la Victoria. A las 11:00 se celebró la misa solemne. La ceremonia fue presidida por el obispo Luis Quinteiro Fiuza.