El Cristo de la Sal o Cristo de la Victoria es sin duda el acontecimiento religioso del año en Vigo. La tarde del primer domingo de agosto se convierte en una manifestación masiva de devoción al que algunos consideran el patrón de la ciudad sin que lo sea. En realidad Vigo tiene patrona, la Virgen de la Asunción, que se celebra el 15 de agosto.
Pero los fieles que quieren cumplir con el Cristo evitando la multitudinaria procesión de la tarde comienzan siempre el sábado a medianoche a desfilar portando velas.
Este año, además, la previsión de que se llegará a los 30 grados ha animado si cabe a más vigueses a adelantar el recorrido y ya en la noche del sábado, a partir de la madrugada. Así, se pudo ver un goteo de devotos del Cristo de la Sal portando velas y recorriendo las calles que este sábado se llenarán con decenas de miles de personas.
Ya por la mañana, a primera hora aunque con más de 20 grados, se ha ido incrementando la presencia de fieles con sus velas y venerando al patrón popular de Vigo. A las once y media comenzará la misa solemne y luego, ya por la tarde, se celebrará la procesión.
Cristo de la Sal: su origen
Cuenta la leyenda que una embarcación que transportaba un cargamento de sal recogió la talla que flotaba en altamar y amenazados por el fuerte oleaje, los marineros optaron por atracar en el primer puerto para dejar allí la talla y prometieron asistir descalzos a una misa. Sin embargo, pudieron llegar a Vigo sin problemas y cuando esta tempestad amainó, volvieron a adentrarse en la mar olvidando cumplir con sus propósitos.
Las olas se elevaron de nuevo en contra de la embarcación por lo que no tuvieron más remedio que regresar a puerto. La operación se volvió a repetir y viendo que la navegación se hacía inviable, cayeron en la cuenta de que habían olvidado cumplir su promesa, y llevaron la imagen a la Colegiata de la ciudad, probablemente por su proximidad al Puerto, y escucharon allí la misa.