La funcionaria del juzgado ni les dejó entrar, ya que dijo que la jueza no les casaría disfrazados. Cómo podemos ver en la foto de “Atlántico Diario”, él iba caracterizado de Jack Sparrow, y ella llevaba un elegantísimo vestido gallego de hace 180 años.
¿Y qué nos dice el protocolo oficial ante estos casos? En principio lo mismo que el Derecho Civil y el matrimonio: nada. Según el Derecho Civil no hay causa de suspensión de una boda por ir alguien caracterizado. Pues en protocolo lo mismo.
En protocolo se pueden marcar ciertas normas de etiqueta para el resto de invitados, pero no hay un corsé que establezca que hay que ir de traje, smoking, chaqué, militar o de… Jack Sparrow. El protocolo precisamente está hecho para facilitar las cosas, no para complicarlas. Por eso, en este caso, el que María haya querido llevar un traje de gallega de hace 180, con el que se sentía cómoda, arreglado por su madre a mano, con lo que ello conlleva sentimentalmente, es perfectamente comprensible protocolariamente.
Que Berto “Pirata” como es conocido entre sus amistades, haya ido caracterizado de Jack Sparrow, porque le hacía ilusión, y a sus hijos aún más, pero es que además contaba con el beneplácito de la novia, es totalmente comprensible en protocolo en esta boda.
Lo bueno del protocolo es que es flexible, y permite que la persona esté cómoda en un acto. Para eso sirve (entre otras muchas cosas) este noble oficio. Y por eso, a mi entender desde el punto de vista del protocolo, está boda encajaba perfectamente. La negativa de la jueza habrá estado realizada por otros aspectos que conoceremos en su momento, pero desde luego desde el Derecho Civil y el Protocolo, debió de haberse realizado la boda.
Luego está la segunda parte, la gran repercusión mediática que ha conseguido la jueza para esta pareja. Si lo que quería era que pasara todo desapercibido ha logrado todo lo contrario, logrando además que el beneficio que llevaba detrás de sí está boda, creciese de ayer a hoy, porque los novios, ambos profesionales con trabajo, ya habían dicho que no querían regalos, que los que quisieran hacerles regalos lo donasen en euros a tres causas solidarias concretas. Y lo bueno de la historia es que esas causas están recibiendo donaciones gracias a la jueza.