En diciembre de 2025 se cumplirán cien años de la cesión del pazo y el parque de Castrelos al pueblo de Vigo por parte del marqués de Alcedo, Fernando Quiñones de León. Se trata de la efeméride de un hecho de trascendental importancia en la configuración del Vigo actual, pero no es la única que se conmemora este año, también de gran relevancia, al menos para los moradores actuales de la ciudad o, al menos, de una buena parte de ellos. Se trata de una transformación mucho más reciente, la que avanza hacia un Vigo «sin cuestas» y dotado con elementos mecánicos que permiten salvar la compleja orografía de una urbe erigida sobre una ladera que desemboca en el mar.
Así, hace diez años, el 3 de enero de 2015, se inauguraba en Vigo el primer tramo de las escaleras mecánicas de la Porta do Sol, todo un hito en la ciudad del proyecto Vigo Vertical que, una década después, suma ya cerca de una veintena de dispositivos mecánicos que facilitan la movilidad a diario a miles de personas.
En la actualidad, se encuentra en obras el ascensor que unirá Hispanidad y Romil y que incluye la renovación de toda esta zona donde antes, subrayaba Caballero, «había un agujero». Las obras, previstas para ocho meses, comenzaron en marzo de 2024.
Y la red de elementos seguirá creciendo, ya que a la licitación de las obras del ascensor en Juan Ramón Jiménez se suma este 2025 la de las rampas del Paseo de Granada. En la recta final del año pasado se pusieron en marcha las contrataciones para las rampas de Pintor Lugrís y será inminente la de Pintor Colmeiro, cofinanciada por la Diputación. Solo estas cuatro actuaciones superan los 8,4 millones de euros, una cantidad que casi pasa desapercibida dentro de un macroproyecto como es el Vigo Vertical, que supera holgadamente los 45 millones. Finalizado 2025, por tanto, la inversión superará los 50 millones, si bien hay que recordar que buena parte de las actuaciones de este programan han llevado aparejada también la humanización de las calles en las que se han instalado.
Y a largo plazo, el Vigo Vertical se completará con otro macroproyecto, el que plantea unir Praza de España y Praza América a través de nuevas rampas en Gran Vía, una actuación que, según las estimaciones, podría superar los 26 millones de euros.
Una década de un hito en Porta do Sol
Hace ya una década que las escaleras mecánicas de la Porta do Sol pusieron la base de un ambicioso plan que hablaba de dotar a la ciudad de unas quince escaleras y ascensores para hacer frente a la complicada orografía de Vigo y facilitar la movilidad de las personas que querían trasladarse a pie desde las zonas más bajas hacia cotas más elevadas. Poco después, las rampas mecánicas se sumaron a la ecuación de esta nueva forma de construir un Vigo «sin cuestas».
La primera iniciativa para intentar mejorar el acceso desde el Berbés a la Praza do Rei había tenido lugar unos años antes, en 2011, con la puesta en funcionamiento de un minibús eléctrico por las calles del Casco Vello. Esta iniciativa, que se puso en marcha en la parte final del primer mandato de Caballero, se desechó en apenas un año ya que el vehículo encadenó numerosas averías y no pudo garantizar una cierta continuidad a los usuarios que podrían beneficiarse del mismo.
Hubo que esperar hasta el año 2014 para que otra nueva propuesta para facilitar la comunicación entre la Porta do Sol y Abeleira Menéndez sorprendiese a los vigueses. Se trataba de una obra insólita en pleno centro de Vigo, que consistía en la instalación de unas escaleras mecánicas que funcionarían durante las 24 horas del día para facilitar el trayecto a lo largo de la calle II República, totalmente escalonada. No fueron pocos los escépticos ante una propuesta tan innovadora y las obras fueron seguidas casi al minuto, desde la apertura de las zanjas hasta la instalación de las escaleras, izadas por una gigantesca grúa.
Así, primero se instaló un primer tramo de escaleras, inaugurado en 2015, y tres años después se culminó la obra con otros dos tramos, de 10 y 15 metros de longitud. Todas ellas discurren en paralelo a las escaleras existentes y las obras, además, han incluido la instalación de paneles informativos ya que durante las excavaciones salieron a la luz un tramo de la cimentación de la muralla que cerraba la ciudad en el siglo XVII y una galería de una época posterior a la muralla pero también de valor histórico.
Ascensor en Juan Ramón Jiménez
Poco después le siguió la instalación de un novedoso ascensor que comunicaba, por primera vez, las calles Menéndez Pelayo y Avenida das Camelias a través de Juan Ramón Jiménez.
Este ascensor, el primero del Vigo Vertical, no ha estado exento de polémica ya que desde su instalación, hace casi diez años, ha estado inoperativo en infinidad de ocasiones hasta que el año pasado el Concello tomó la decisión de contratar las obras, por más de 200.000 euros, para repararlo, el pasado julio. El pasado 13 de noviembre comenzaban las «importantes actuaciones de mantenimiento y mejora» de esta estructura que, desde entonces, permanece inoperativo sin fecha de reapertura.
Mantenimiento
Fueron precisamente las quejas por los problemas de mantenimiento las únicas que esporádicamente ensombrecieron el proyecto Vigo Vertical y en 2023, tras asistir a numerosas averías que constantemente afectaban al funcionamiento de los dispositivos mecánicos, el Concello volvió a sacar a concurso el mantenimiento, por un periodo de dos años y que obligaba a resolver los imprevistos en un plazo de dos horas. La adjudicataria volvió a ser la firma Thyssenkrupp Elevadores, por 419.135 euros o, lo que es lo mismo, 575 euros al día.
De las rampas de Gran Vía al HALO
A las escaleras mecánicas de Porta do Sol y el ascensor de Juan Ramón Jiménez les han seguido, a lo largo de una década, cerca de una veintena de elementos mecánicos más, todos los fijados en el estudio que el Concello encargó para llevar a cabo la movilidad transversal en zonas como Camelias, Casco Vello, García Barbón y estación del AVE y otros nuevos que no se contemplaban en un inicio.
Este informe, realizado por la empresa Enxeñería e Análise Medioambiental, se denomina “Estudio de Accesibilidade Transversal na fronte litoral e de conectividade peonil no entorno do Casco Histórico de Vigo” y ofrece diferentes posibilidades para la instalación de nuevas escaleras y elevadores repartidas por esas cuatro áreas bien diferenciadas.
El presupuesto inicial rondaba los 14,5 millones de euros, una cifra que se ha quedado más que corta habida cuenta de que tan solo el HALO, la obra emblema de este proyecto, ha costado 15,7 millones de euros. También es cierto que el boceto inicial de las obras no incluía otra de las grandes actuaciones del Vigo Vertical como han sido las rampas de la Gran Vía, que supusieron un desembolso de unos 10 millones de euros.
Por tanto, el global del Vigo Vertical suma ya más de 45,4 millones de euros en obras ya ejecutadas, a los que se sumarán otros 8 de las ya licitadas, elevando por encima de los 50 millones de euros la inversión para hacer más cómoda la orografía de la ciudad.
De los Fondos Feder a los Next Generation
Una parte importante ha sido subvencionada con cargo a los fondos europeos. Primero fueron los Fondos Feder y, tras la pandemia, los Next Generation, que han acogido con los brazos abiertos todos los proyectos planteados desde el Concello de Vigo, que continuará solicitando subvenciones europeas para los restantes, entre ellos el de las nuevas rampas de Gran Vía entre Praza España y Praza América, que podrían elevarse por encima de los 26 millones, superando con creces el coste –y sobrecoste posterior– del HALO.
De hecho, en la primera convocatoria logró hasta 15 millones para subvencionar el 80 por ciento de los dispositivos mecánicos que permitirían hacer más «compacto» el centro urbano. Esa partida tenía como horizonte temporal el año 2020, en el que la pandemia dio lugar a una nueva línea de ayudas, la de los fondos Next Generation.
Estos últimos, desde su lanzamiento en 2021, han permitido afrontar buena parte del coste del Vigo Vertical: 6 millones para el HALO, 3 millones para la segunda fase de las rampas de la Gran Vía entre Urzaiz y Praza España, las rampas de Lavadores, Colegio Losada, Escultor Gregorio Fernández, Travesía de Vigo, Teis… También el ascensor entre Romil e Hispanidad o las escaleras mecánicas de Pizarro, entre otras.
Entre todos ellos, la joya de la corona es sin duda el HALO, una obra galardonada con el prestigioso premio internacional de arquitectura Loop Design Awards y por la cual, ha avanzado la semana pasada Caballero, ha pasado ya más de un millón de personas, con un flujo medio de 150.000 viajes mensuales.
Sus dos ascensores, que conectan Serafín Avendaño y Vía Norte, salvan en apenas 30 segundos un desnivel de 50 metros, convirtiéndose por motivos más que evidentes en el gran emblema del Vigo Vertical y conectando a más de 50.000 residentes de las zonas de Rosalía de Castro y García Barbón.
Las cifras de usuarios que maneja el Concello hablan también de 10 millones de personas al año en las rampas de la Gran Vía y unos 3 millones en las de Escultor Gregorio Fernández, que completan el sistema de movilidad que se articula a través del HALO.
Obras previstas en 2025
Este año finalizarán, previsiblemente en la primera mitad, las obras de instalación del ascensor que unirán Romil e Hispanidad, que comenzaron el pasado mes de marzo y cuyo plazo estaba fijado en ocho meses.
También se llevarán a cabo las dos nuevas rampas mecánicas en Pintor Lugrís y otras cuatro en Pintor Colmeiro, que cuentan con inversiones de 1,6 y 2,5 millones de euros, respectivamente, e incluyen asimismo la humanización de estas calles. En el caso de la actuación de Pintor Colmeiro, está cofinanciada al 70 por ciento por la Diputación de Pontevedra.
Cierra el ciclo de actuaciones previstas en 2025 la obra en el Paseo de Granada, recientemente licitadas por 3,3 millones de euros.
«En Vigo puede dar la impresión de que no tiene relevancia, pero es que la mayor parte de las ciudades de España no tiene ninguno«, ha recordado Caballero la semana pasada tras citar una de las últimas obras que afronta el Vigo Vertical, un ascensor en Juan Ramón Jiménez, el segundo en este calle, entre Marqués de Valterra y Torrecedeira, licitado por 1.018.000 euros y cuyas obras arrancarán a comienzos de verano. «Con esta actuación, completamos uno de los grandes corredores de la ciudad: desde el Auditorio Mar de Vigo, pasando por Torrecedeira, hasta prácticamente la cúspide del Castro», remarcó el alcalde.
Ascensores
- Ascensor calle San Salvador – plaza Isabel A Católica: 714.000 euros
- Ascensor Pizarro: 500.000 euros
- Ascensor Travesía de Vigo y Aragón: 1,5 millones (incluye la humanización)
- Ascensor del parque Camilo José Cela: 3 millones de euros (incluye la humanización)
- Ascensor inclinado rúa Juan Ramón Jiménez entre Pi y Margall y Camelias: 500.000 euros (+200.000 de la reparación)
- Ascensor Marqués de Valterra con Torrecedeira: 870.000 euros
- Ascensor Vialia: 387.000 euros
- Ascensor HALO: 15,7 millones de euros
- Ascensor Hispanidad y Romil: 1,2 millones de euros (incluye la humanización)
Escaleras mecánicas
- Porta do Sol: 1,8 millones de euros
- Talude: 856.000 euros
- Pizarro
- Praza de Portugal: 1,3 millones (incluye humanización)
Rampas mecánicas
- Aragón-Travesía de Vigo: 871.000 euros (incluye la humanización)
- Ramón Nieto-centro de salud de Lavadores: 1,8 millones (incluye la humanización)
- Escultor Gregorio Fernández: 2,6 millones de euros (incluye la humanización)
- Carral: 350.000 euros
- Gran Vía: aproximadamente 10 millones de euros
- Ángela Iglesias Rebollar-centro de salud Teis: 1,3 millones de euros (incluye humanización)