Hace unos días la centenaria El Buen Gusto, ubicada en el centro de Vigo, bajó hace unos días su persiana por última vez pero apenas han pasado unas horas para que el local, situado en pleno kilómetro cero de la ciudad, tenga un nuevo inquilino: Dolce Differenza y con ello se produce el renacimiento de la emblemática pastelería,
Tras una visita matutina al local, se evidencia que en su interior algo está cambiando y creciendo, más allá del cambio de nombre esta propuesta representa una nueva alternativa gastronómica en la ciudad. Dirigido por Dimo Yankok, Dolce Differenza surge como un proyecto innovador que busca reinterpretar los clásicos dulces con un toque moderno. Desde su inauguración el pasado noviembre en la calle Pi y Margall, este espacio ha conquistado los paladares de los vigueses con una propuesta fresca e innovadora.
Variedad de formatos
Lo más llamativo de Dolce Differenza son sus semifríos, una mezcla de colores y sabores que invitan a un viaje gastronómico único. Desde café hasta piña, estas delicias sorprenden con su ligereza y originalidad. «Sabíamos que nuestra apuesta era arriesgada pero también que nuestro producto era bueno», comparte Dimo mientras prepara una tarta de cumpleaños. «Tienen la ventaja tanto de la variedad de formatos, como de su ligereza porque la base es una mousse» convirtiéndose así en un gusto broche.
Pero la innovación no se detiene en los dulces. Dolce Differenza ha expandido su oferta a bocados salados con una jugosa burger de pollo, cuyo pan elaborado con masa de croissant añade un toque único al clásico plato. Este enfoque en la diversidad gastronómica refleja el compromiso del equipo por ofrecer experiencias gastronómicas memorables.
Crecimiento de Dolce Differenza
La asociación con Pablo Martínez y Muriel Álvarez ha sido un paso crucial en el crecimiento de Dolce Differenza. La apertura de su segundo local, a escasos metros del primero, marca un hito en el proyecto. «Hemos crecido en cuanto espacio y propuestas. Ahora contamos con un obrador que nos permite seguir innovando y desarrollando nuestros propios dulces», revela Pablo.
Sin embargo, la historia de Dolce Differenza no se limita a la búsqueda de la novedad culinaria, sino que también honra un legado. El relevo de El Buen Gusto no solo implica una evolución hacia el futuro, sino también el respeto por más de 100 años de tradición. «Una de nuestras premisas es que Estrella y Manuel se sientan orgullosos», aseguran Dimo y Pablo.
Con esta nueva identidad, Dolce Differenza promete ser mucho más que una simple pastelería; es un destino gastronómico donde la tradición se encuentra con la innovación, donde los clásicos se reinventan con audacia y donde el legado se honra con pasión.