Un edificio bioclimático, con poco impacto ambiental y de mantenimiento poco costoso que permita su autogestión. Así es como los arquitectos Jesús Irisarri y Lupe Piñera planean la estructura residencial en la que los integrantes de la cooperativa Ancoradoiro planifican vivir y envejecer de forma colaborativa. «Sostenibilidad humana aplicada al concepto de vivienda», resumen.
Tras la asamblea anual de la entidad, en la que se abordaron cuestiones administrativas, los responsables del prestigioso estudio Irisarri-Piñera tomaron la palabra para explicar los estudios previos al anteproyecto que han realizado. Lo hicieron ante los cerca de 30 socios de la cooperativa y representantes institucionales invitados al acto, que tuvo lugar en la sala Rosalía de Castro de la sede viguesa de la Diputación de Pontevedra, en el Casco Vello.
«Buscamos la máxima calidad ambiental, la mayor eficiencia y por ello proponemos un edificio bioclimático, con poco impacto ambiental y de mantenimiento poco costoso, de manera que se pueda autogestionar. En definitiva, una arquitectura amable, adaptada y sostenible», ha explicado Lupe Piñera durante su intervención.
Frente al modelo actual de las residencias de mayores, en la nueva solución planteada por los arquitectos «las viviendas colaborativas cuentan con un modelo de comunidades autopromovidas y autogestionadas que, mediante un proceso colaborativo y participativo, se centran en las personas fomentando el bienestar y la calidad de vida». Conformado por zonas privadas, viviendas y una parte importante con zonas y servicios comunes, se trata de un modelo integrado y con participación plena en la vida de la ciudad y su comunidad más cercana.