La rehabilitación de la fortaleza de O Castro sigue su curso para llegar a tiempo al verano y poder ofrecer sus entresijos a vigueses y turistas sin coste alguno. Las obras, con un plazo de ejecución de cinco meses, comenzaron a mediados de enero y se centran en el acondicionamiento de los túneles y en la musealización de espacios como el polvorín.
Las galerías monopolizan la expectación, ya que ahora no son visitables para el público general, aunque se han realizado un par de incursiones puntuales. Una de ellas se ha completado este mismo jueves. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, y la presidenta de la Deputación de Pontevedra, Carmela Silva, se acercaron a supervisar el devenir de las obras y finalmente se adentraron en estos pasos subterráneos.
Aquí se adecuará el acceso para que la gente descubra un túnel que “va a reflejar los ruidos y el ambiente del bombardeo de ocupación de Vigo”, como explicaba Caballero. Se trata de un recorrido de unos 60 metros excavados en roca que contarán con iluminación renovada y todas las garantías de seguridad. La altura cambia a lo largo del trayecto, pero permite el paso de las personas. El ancho ronda el metro y medio.
Al llegar al final de la galería, se iniciará una subida hacia los baluartes y el polvorín. Estas zonas se recuperarán para reconstruir al máximo la batalla naval y ofrecer otro atractivo turístico. El polvorín ejercerá como una sala de exposición para explicar lo ocurrido en 1719.
También se prevén actuaciones en los recintos defensivos de la parte alta, donde se instalarán piezas de acero inoxidable que relatarán cómo eran los baluartes de defensa de la ciudad.
Esta nueva revalorización de la fortaleza viguesa, que se une a la ejecutada en 2020, cuenta con un presupuesto de 1,4 millones, pagados prácticamente en su totalidad por el Gobierno de España.