Vigo y su área metropolitana siguen envueltas en una sucesión de jornadas asfixiantes. Tras alcanzar este jueves temperaturas de 38 grados en Salceda de Caselas, el termómetro se superó a sí mismo este viernes al rozar los 40 grados en Salvaterra de Miño (39,7º) y en la propia Salceda (39,5º), cifras que en Galicia sólo excedió Arnoia (40,3º). Cerca de ellos se quedó Arbo (38,9º).
Niveles elevadísimos que, con razón, provocaron que a mediodía la alerta pasara de amarilla a naranja en las Rías Baixas y en las localidades más cercanas al río Miño. Un aviso que, al seguir bajo la influencia anticiclónica y con la entrada de aire cálido africano, se mantendrá entre las 15.00 y 21.00 horas de este sábado en A Guarda, O Rosal, Tomiño, Tui, Salceda de Caselas, Salvaterra de Miño, As Neves, Arbo, Crecente, Ponteareas, Mondariz, Mondariz-Balnerario y O Porriño.
En Vigo, aunque el calor también ha sido difícil de llevar, no se ha llegado a los extremos vividos en el área metropolitana. La máxima ha sido de 34,2º y se ha marcado a las 17.30 horas. Un dato similar al de este jueves (34,7º), día en el que se registró la temperatura más alta desde agosto de 2018. En la sensación de agobio parece influir no sólo este pico de calor sino la tendencia de los últimos días. Desde el pasado 5 de julio se ha superado la barrera de los 30º en diez de las trece jornadas que han transcurrido desde entonces.
La situación continuará siendo complicada este sábado, aunque empezará a dar un pequeño respiro el domingo. El pronóstico del tiempo prevé que, al acabar la semana, el mercurio no vaya más allá de los 31º. Para el lunes se esperan, como mucho, 30 grados.