La creciente crisis de la vivienda en Vigo ha llevado al Bloque Nacionalista Galego (BNG) a exigir al alcalde, Abel Caballero, medidas urgentes para frenar el alza descontrolada de los alquileres. La ciudad, al igual que muchas otras urbes europeas, se enfrenta a un mercado inmobiliario cada vez más tensionado, donde la especulación y la escasez de vivienda asequible están dificultando el acceso a un hogar para muchos ciudadanos.
Un problema que se agudiza
El BNG denuncia que el gobierno municipal ha mantenido una postura pasiva ante esta problemática, a pesar de que los datos oficiales revelan un aumento del 30% en el precio medio de los alquileres en los últimos cinco años. El pasado mes de julio se registró un nuevo récord histórico, con un alquiler mensual promedio de 632 euros.
«La situación es insostenible», afirmó Xabier P. Igrexas, portavoz municipal del BNG. «El auge del turismo y la especulación están transformando nuestras ciudades en lugares cada vez más caros para vivir, dejando a muchas familias y jóvenes sin la posibilidad de acceder a una vivienda».
Zona tensionada
Una de las principales demandas del BNG es la declaración de Vigo como zona tensionada, una medida que permitiría al gobierno local intervenir en el mercado inmobiliario y establecer límites a los alquileres. Sin embargo, a pesar de la aprobación de una moción en este sentido en marzo pasado, el gobierno municipal aún no ha tomado ninguna acción concreta.
«El alcalde prometió hace tres meses un informe sobre la situación de la vivienda, pero hasta ahora no hemos visto ningún resultado», criticó Igrexas. «Necesitamos medidas urgentes y transparentes para hacer frente a esta crisis».
La sombra de la especulación
La proliferación de los pisos turísticos también se ha señalado como uno de los factores que agravan la situación. Con más de dos mil viviendas destinadas al alquiler turístico frente a menos de 400 disponibles para alquiler residencial, la oferta de viviendas asequibles se ha reducido drásticamente.