Los accesos a la ciudad colapsados durante horas, tanto en la entrada de la autopista como en Beiramar o Gran Vía; las calles rebosantes de una ingente cantidad de personas que se extendían desde García Barbón a la Porta do Sol y desde Colón a Areal, pero también invadiendo el Casco Vello, la calle Progreso o Rosalía de Castro; los aparcamientos a rebosar y con el cartel de completo desde primera hora de la tarde; los hoteles sin una plaza de hotel y los restaurantes sin mesas suficientes para atender a toda la demanda generada.
Si la semana pasada el alcalde anunciaba que en tres horas habían pasado 45.000 personas por la Bola de Nadal de A Farola, la cifra de este puente puede disparar todos los registros. El propio Abel Caballero se dejó ver por las calles más céntricas de la ciudad y no paró ni un minuto de fotografiarse con los visitantes.
La cola para poder subirse a la noria, uno de los grandes atractivos de este año, se prolongaba cientos de metros y suponía hora y media de espera.
Renfe ya anunció este jueves que incrementó, desde el 23 de noviembre hasta el 5 de enero, el número de plazas en los servicios ferroviarios de Media y Larga Distancia con origen o destino Vigo llegando a superar los 7.300 asientos adicionales con motivo de la iluminación navideña de la ciudad.
Además, el árbol de Nadal de la Porta do Sol de Vigo se apagará este sábado media hora, de 20:00 a 20:30 horas, como símbolo de la lucha contra el cambio climático. El Concello se suma así a la iniciativa de la Red Española de Ciudades por el Clima con motivo de la Cumbre del Clima COP25 que se celebra en Madrid.
Y desde el jueves Vigo cuenta con otro atractivo navideño al inaugurar en la Casa Galega da Cultura una nueva oferta lúdica. Se trata del Poboado de Nadal, en el que se representa un poblado de montaña con 550 figuras de entre 7 y 20 centímetros de altura. La exposición estará abierta hasta el 7 de xaneiro.