El comité de empresa de Vitrasa, concesionaria del bus urbano de Vigo, ha denunciado este lunes la imposición, por parte de la compañía de sanciones a doce trabajadores (nueve de ellos miembros de ese órgano de representación) “por hacer cumplir los servicios mínimos” el fin de semana de agosto en el que se celebró el festival O Marisquiño.
Según ha explicado el presidente del comité, Imanol Arnoso, la empresa ha sancionado con dos meses de empleo y sueldo a estos trabajadores (entre los que está él mismo) por impedir la salida de tres buses nocturnos ese fin de semana. Así, ha relatado, ese fin de semana coincidió con una de las convocatorias de paro que los trabajadores están haciendo desde hace más de dos años, en el marco del conflicto abierto por el bloqueo de la negociación del convenio.
Los servicios mínimos estipulaban que esa noche debía salir un bus nocturno, pero la empresa “se empeñó en que salieran cuatro”. Los piquetes impidieron la salida de tres de los autocares y, según el comité, esa medida derivó en la imposición de las sanciones.
El comité ha tachado esta decisión de la empresa de “desmesurada” y la ha enmarcado en un “intento bestial de represión sindical”. “Nos quieren cortar las alas, quieren que paremos nuestras movilizaciones, pero no vamos a parar”, ha advertido Arnoso.
Al respecto, ha confirmado que este miércoles se celebrarán asambleas de trabajadores para adoptar nuevas medidas de presión, y ha avanzado una “respuesta contundente” a la posición de Vitrasa. De hecho, ha señalado, y a falta de lo que se decida por parte de la plantilla, el comité no descarta llegar a la huelga indefinida total (hasta ahora se han hecho paros en días puntuales, el próximo será el 1 de noviembre).
Respuesta a Vitrasa
Por otra parte, en su comparecencia ante los medios, el comité ha querido salir al paso del último comunicado de la empresa, en la que se aseguraba que las condiciones de la plantilla son muy superiores, en jornada y salarios, a las de los trabajadores que se rigen por el convenio provincial.
El presidente del comité ha precisado que “no se puede comparar” el trabajo de ambos colectivos, porque los trabajadores de Vitrasa apenas pueden hacer “microdescansos” de pocos minutos y conducen con la tensión que suponen las rutas en ciudad, lejos de las condiciones de conductores que hacen rutas para colegios o empresas, que “tienen horas muertas” en medio de su jornada.
Imanol Arnoso también ha desmentido que la media de salario de los conductores de Vitrasa esté en 33.000 euros, y ha apuntado que la propia empresa les presentó un informe en el que situaba esa media en algo más de 27.400 euros brutos anuales.
El presidente del comité ha subrayado que Vitrasa ya cobró del Ayuntamiento de Vigo 5,7 millones de euros para compensar las pérdidas por la pandemia, y que sigue pleiteando para recuperar el “equilibrio económico financiero” (reclamando el pago de más de 30 millones).
A ello se suma que ha recortado servicios en los últimos años, que muchos de los buses superan la antigüedad fijada (entre otros incumplimientos del pliego de concesión) y que, entre otras irregularidades, ha sido amonestada por no respetar el registro horario, no entregar documentación al comité o por el exceso anual de horas extras (el año pasado el total de la plantilla sumó unas 50.000 horas extras, según el comité). “Si tres años después de la pandemia, aún no han recuperado los viajeros perdidos, es que algo está haciendo mal”, ha subrayado Imanol Arnoso.
“Complicidad” de Abel Caballero
Por otra parte, el comité también ha criticado la “complicidad” del alcalde, Abel Caballero, y del gobierno local con la concesionaria, y han incidido en que debe ser el Ayuntamiento el que asegure que la empresa cumple sus obligaciones laborales y las condiciones del pliego.
Además, el vicepresidente del comité, Noli Núñez, ha afeado al regidor que se refiera al conflicto señalado que está politizado por la CIG y el BNG. “En este comité estamos cuatro sindicatos, y las decisiones se toman democráticamente”, ha puntualizado.
Asimismo, ha rechazado las acusaciones del gobierno local, que afirma que el comité de Vitrasa ha tomado como “rehenes” a los usuarios de bus. “Él único que tiene como rehenes a los ciudadanos es él. Nosotros somos 350 familias con el salario congelado desde hace tres años, y también tenemos hijos que se tienen que levantar una hora antes para coger el bus cuando hay huelga”, ha proclamado.
Para Noli Núñez, el regidor tiene en su mano poner fin al conflicto, obligando a la concesionaria a sentarse a negociar, y ha recordado que el próximo 1 de noviembre, si no hay novedades, cientos de vigueses ser verán afectados en sus trayectos hacia los cementerios de la ciudad, especialmente gente mayor. “Que se deje de excusas, el único culpable es él”, ha sentenciado.