La inauguración del Halo está prevista para inicios del próximo año y a estas alturas parece que, esta vez sí, se va a cumplir con lo programado. Eso al menos es lo que intuirá cualquier observador profano en cuestiones de infraestructuras que se pase por la terraza del Centro Comercial Vialia de Vigo.
A simple vista, se diría que este anillo elevado y gigante está prácticamente terminado, aunque sobre el papel queden tres meses. Las grúas continúan en su sitio, y los operarios con chalecos amarillos siguen trabajando, pero ya se les puede ver caminar con toda tranquilidad por el interior de la plataforma que pronto podrán visitar todos los vigueses.
La conexión con la plaza de Vialia está recibiendo sus últimos retoques. Ha sido necesario romper las vallas de seguridad para habilitar esa unión, a la que le queda poco tiempo para convertirse en realidad.
El túnel de Lepanto
Que las obras vayan enfilando su definitiva recta final debería suponer un alivio inminente para la ciudadanía, comenzando por la reapertura del túnel de Lepanto que da acceso a la AP-9, que lleva muchos meses cerrado a causa de las obras de este mirador-ascensor que conectará las zonas de García Barbón y Vía Norte.
Cabe recordar que el túnel quedó inutilizado a mediados de junio y que entonces se anunció una inoperatividad de tres meses, hasta el 2 de septiembre. Posteriormente, se amplió la medida un mes más. Y después, el Concello aumentó el plazo otro mes, hasta el 2 de noviembre, es decir, el próximo jueves.
Con todo, en la web del Concello se habla del 17 de noviembre como fecha de reapertura, sin que de momento se sepa con exactitud cuándo se podrá circular por un túnel que desde su finalización, en diciembre de 2022, lleva más tiempo cerrado al tráfico que abierto.
Una inversión millonaria
De momento, lo que bien se ve es la estructura perfectamente circular y de un blanco inmaculado del Halo, una faraónica actuación que habrá costado 15,7 millones de euros cuando esté finalizada, después de que la junta de gobierno local aprobase el pasado julio un incremento del presupuesto de 3,2 millones y una ampliación del plazo de ejecución de la obra de cinco meses.
Que el anillo también tiene sus detractores es algo fácilmente comprobable en las redes sociales, si bien en justicia habrá que esperar a que el alcalde, Abel Caballero, corte la cinta para saber si esta inversión millonaria habrá merecido la pena.
Con todo, es más que probable que las en torno a 35.000 personas que habitan en las dos zonas de la ciudad que conectará el ascensor encuentren alivio en el hecho de poder desplazarse de la una a la otro en los escasos 25 segundos que durará el viaje entre ambas.