El cielo de Galicia y del resto de España está sufriendo los efectos de incendios que tienen lugar a más de 6.000 kilómetros de distancia, en Canadá. Desde este lunes, una bruma ha enturbiado el cielo y no es niebla, ni calima, ni polvo en suspensión, es el humo procedente de los incendios del Norte de América que viaja a través del océano Atlántico hasta Europa.
Al igual que ocurre en otros periodos del año por la calima o polvo en suspensión procedente del desierto, esta vez lo que ha llegado a nuestros cielos es el humo procedente de los más de 400 incendios forestales que asolan la Columbia británica en Canadá desde hace semanas.
El humo llega a España empujado por la circulación atmosférica, en las capas medias por lo que no afectan a la calidad del aire pero sí dan al cielo un aspecto «más apagado» de lo habitual.