Pocas veces, por no decir ninguna, se puede encontrar en Vigo una cantidad de joyas de la prehistoria, con fósiles y restos de dinosaurio como las que recibió este miércoles el Museo de Castrelos. No eran cualquier tipo de abalorio o recuerdo turístico. Se trata de la mayor incautación de fósiles llevada a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.
Desde hoy, con la autorización del juzgado que investiga la procedencia y su valor, se encuentran a buen recaudo en la galería de Historia de Vigo, pero no es visitable. Fósiles de moluscos, equinodermos, un colmillo, restos de marfil de mamuts, bivalvos, un ánfora romana del siglo I, un hacha, dos puntas de lanza de piedra prehistóricas, huevos de dinosaurio…
Así hasta un total de casi 300 piezas fueron depositadas en el Museo de Castrelos. La entrega se produjo durante un acto en el que el alcalde, Abel Caballero, y el comandante de la Guardia Civil, Simón Venzal, firmaron los documentos de cesión.
Incautación en Vigo
La operación de la Guardia Civil que detectó la presencia de todas estas piezas en un establecimiento de Vigo se llevó a cabo en noviembre de 2019. En aquella fecha los agentes localizaron cerca de 1.300 especies que se incautaron por carecer de la preceptiva documentación que acreditase su legal importación. A día de hoy el caso todavía está «sub iúdice», por lo que apenas se pueden conocer detalles sobre el valor que tendrían en el mercado.
El paleontólogo José Bienvenido Díez Ferrer, profesor de la Universidad de Vigo en el Departamento de Geociencia Marinas y Ordenación del Territorio, es el encargado de realizar el peritaje judicial de los fósiles. «Sobre la colección no se puede decir nada porque está en un proceso judicial y hay que tener respeto por el propietario, puesto que todavía es suya», señaló.
«Es muy poco frecuente»
El profesor explicó que la Ley de Patrimonio Paleontológico de 1986 prohíbe cualquier tipo de retirada o recolección fósil de cualquier yacimiento español. «Lo que estoy haciendo ahora es ubicar esos fósiles en un contexto», indica. José Bienvenido apunta también que en Galicia es muy poco frecuente encontrar este tipo de restos, porque no hay yacimientos de dinosaurios, por lo que su trabajo será dar un valor científico.
«Un niño de Teruel en sus salidas de campo posiblemente visite zonas con fósiles, porque hay rocas sedimentarias, y va a a tener una percepción del tiempo y del Planeta diferente a la de un niño de Pontevedra que no tiene contacto con esos registros, de ahí la importancia de colecciones y museos», indicó el paleontólogo.
En base a esta necesidad, el profesor considera que la ciudad debería tener su propio museo para exponer este tipo de piezas. «Siempre es importante exponer estas piezas a la sociedad, todas las ciudades de cierta entidad tienen un museo de Historia Natural, como Santiago o A Coruña, que tiene dos. Vigo tendría suficiente potencial y justificación para tener también su museo, más cuando tiene las Cíes», concluyó.