Tal y como prometió el alcalde, quienes se acerquen a Bouzas este fin de semana para disfrutar de la programación de la Brincaderia podrán ver con sus propios ojos el resultado de las obras que desde hace año y medio se ejecutan en el paseo. Sin embargo, no podrán verlo entero.
La parte final del paseo, el cual discurre desde la iglesia de San Miguel hasta el puente de la VG-20, tendrá que esperar, según han confirmado a VIGOÉ fuentes del Concello.
Sí estará habilitada toda la parte del paseo en la que están instalados los locales de hostelería, listos para abrir sus puertas y recibir al público de la Brincaderia, que se espera numeroso ante las perspectivas de buen tiempo para este fin de semana.
El hecho de que no no se pueda estrenar este fin de semana el paseo completo no implica que quien hasta allí se acerque no pueda hacerse una idea fiel de cuál será el resultado final de esta actuación en la que el Concello ha invertido 3,2 millones de euros.
Las obras, cuyo plazo de ejecución previsto era de once meses, han ido avanzando con más lentitud de lo esperado desde su inicio, en noviembre de 2021, principalmente por la tardanza de algunos materiales en llegar.
Sin embargo, durante las últimas semanas los avances han sido notables y el aspecto del paseo ya es completamente diferente. Impactantes resultan los nuevos graderíos, en la zona más cercana a la VG-20, y gratos los escalones que conducen al arenal en una zona por la que anteriormente no se podía acceder a la playa, que acaba de recibir por primera vez una bandera azul.
Está previsto que estas gradas sirvan también de punto de encuentro donde descansar, charlar o incluso tomar el sol. Al igual que en el césped que habrá en las proximidades, junto a un jardín vertical. Con esto se pretende acercar a la gente al medio natural.
Precisamente “volcar la ciudad hacia la playa” era uno de los objetivos que se enfatizaban al iniciar esta actuación, en la que han proyectado tres zonas de acceso al mar y una que podrá ser utilizada por personas con movilidad reducida. Corresponde ahora a los vigueses acercarse a partir de este fin de semana a Bouzas y juzgar si la espera ha merecido la pena.