El personal, tras reunirse en asamblea a última hora del día, ha decidido llevar a cabo un paro que comenzará el próximo martes y que no finalizará hasta que la dirección acepte sus condiciones, que pasan inexcusablemente por la readmisión de los compañeros despedidos. En este sentido, desde la representación sindical advierten de que “no hay otra negociación posible”.
El acuerdo de ir a la huelga fue aprobado por unanimidad por los 28 trabajadores presentes –cuatro no pudieron acudir al no encontrarse en la ciudad- y todos han cerrado filas de cara a mantener la protesta el tiempo que sea necesario.
Mientras tanto, se prevé que ningún controlador ‘patrulle’ las calles de Vigo y que, por lo tanto, los ciudadanos queden exentos de pagar la zona azul. El comité de empresa entiende que al no ser un “servicio esencial” no se impondrán servicios mínimos de trabajadores.
Reunión este jueves
Por otra parte, representantes de Dornier y del Concello de Vigo se han citado para este jueves con el fin de mantener una reunión en la que poner en común sus posturas, que ahora mismo se encuentran muy distantes.
Según el concejal de Seguridad, Carlos López Font, si no se readmite a los trabajadores despedidos, el Ayuntamiento se reserva el derecho de romper la concesión si jurídicamente lo ven posible.