«Es el mejor para llevar el timón en esta nueva singladura del PP de Galicia y de la Xunta por experiencia y capacidad de gestión. Cuenta con el PP de Vigo. Seguimos». Marta Fernández-Tapias, delegada de la Xunta en Vigo y recientemente elegida como presidenta de los populares vigueses, celebró de esta manera en sus redes sociales la elección de Alfonso Rueda como sustituto de Alberto Núñez Feijóo.
A través de una publicación en sus perfiles, Fernández-Tapias añadió que «empecé mi carrera política hace ya unos años de la mano de Alfonso Rueda y puedo decir que no hay mejor escuela». Ahora, Rueda se prepara para asumir el doble papel desempeñado por Feijóo, como presidente del PPdeG y de la Xunta, dentro de un relevo «planificado» y «previsible» tras el que insta a mantener la «unidad» en el partido.
En enero de 2006 Alfonso Rueda Valenzuela (Pontevedra, 1968), entonces 37 años, asumió la tarea más ingrata y desafiante de su corta carrera política cuando Alberto Núñez Feijóo le encargó la Secretaría General del PP gallego.
Apenas seis meses antes Manuel Fraga había ganado sus quintas elecciones autonómicas pero la falta de un diputado para la mayoría absoluta relegó al partido, que llevaba quince años consecutivos en el poder, a la oposición.
Baronías
Si en 2006 Núñez Feijóo heredó un grupo parlamentario con hasta once exconselleiros, incluido él mismo, y poco acostumbrado a tener que ir a la contra, la tarea en el partido no se presentaba menor, con las baronías que había dejado crecer Fraga en pleno esplendor.
El encargado de poner orden en esa organización hasta darle la forma que quería su jefe fue Alfonso Rueda, casado y con dos hijas; hijo de un exsenador y expresidente de la Diputación de Pontevedra. Rueda, secretario municipal de carrera, fue entre 2000 y 2005 director general de Administración Local de la Xunta, tras haber ocupado cargos orgánicos en Nuevas Generaciones.
A él y a su equipo correspondieron algunas de las campañas más controvertidas de aquellos años y que concluyeron con Núñez Feijóo en la Xunta en 2009. Por el camino había acumulado sinsabores, como las municipales de 2007, que dejaron al PP con Ribeira -menos de 40.000 habitantes- como su enclave más importante, junto con las Diputaciones de Pontevedra y de Ourense.
En Ourense, precisamente, tuvo lugar uno de sus primeros intentos fallidos de regeneración encargado por Núñez Feijóo. Si en Lugo y en A Coruña las baronías habían desaparecido, al menos formalmente, no ocurría lo mismo con la provincia dominada por José Luis Baltar desde hacía décadas.
En 2010, ya con el PP en la Xunta, la dirección autonómica avaló una candidatura alternativa a la de Manuel Baltar, hijo de José Luis, que apenas cosechó el 35 % de apoyos. Nunca más se volvió a tratar ese tema y Baltar hijo lleva 12 años al frente del partido y de la Diputación.
Tras recuperar las alcaldías urbanas en 2011 de A Coruña, Santiago y Ferrol, el partido volvió a tener un mal resultado en las elecciones locales de 2015; unos malos resultados que llevaron al partido a hacer una renovación de «personas, equipos e ideas».
Fue así como en mayo de 2016 Rueda fue relegado de la Secretaría General tras diez años en el cargo, en los que además de la victoria de 2009 en las autonómicas el partido había logrado revalidar y ampliar su mayoría en los comicios de octubre 2012 y también en septiembre de 2016, a pesar de que dese mayo él ya no ocupaba el cargo.
Desde 2012 y hasta la actualidad Rueda había compaginado su tarea orgánica con la vicepresidencia de la Xunta desde 2012, primero en solitario y desde 2020 como vicepresidente primero, encargado de la coordinación política del Ejecutivo y sustituto habitual de Núñez Feijóo durante sus viajes oficiales.
En el primer gobierno autonómico, 2009, Rueda asumió la Consellería de Presidencia, Justicia y Administración local, cartera que ha mantenido desde entonces, junto con la Vicepresidencia, y a la que sumó Turismo en 2020, encargándose de este modo de la promoción del Xacobeo 2021-2022 y aumentando su visibilidad de forma notable.
Además, una vez dejada la Secretaría General, Rueda se centró en su provincia, Pontevedra, donde había sido elegido presidente provincial en marzo de 2016, dos meses antes de dejar la coordinación autonómica, cargo que revalidó en 2021.
En esta provincia los resultados en las municipales, en las ciudades, no le han acompañado, con los incombustibles Abel Caballero (PSdeG) y Miguel Anxo Fernández Lores (BNG) al frente de las dos principales localidades, Vigo y Pontevedra.
Rueda es, junto con Rosa Quintana, el único conselleiro que continuaba en los gobiernos de Núñez Feijóo desde 2009; unos conselleiros que conformaban «un grupo de amigos», como los definió en alguna ocasión tras las tomas de posesión, ya que era el encargado de hablar en nombre de todos.
Junto con Francisco Conde, hasta ahora vicepresidente segundo y responsable de la política económica e industrial de la Xunta, Rueda era el único integrante del gobierno autonómico con escaño en el Parlamento gallego, condición necesaria para ser elegido presidente.
En todos los puestos el nuevo presidente gallego no se ha cansado de trabajar al servicio de su jefe, Alberto Núñez Feijóo, por eso todos los ojos se pusieron en él cuando se anunció un relevo «previsible».
Amante del aire libre, entre sus pasiones figuran las motos y la bicicleta, es uno de los acompañantes habituales de Mariano Rajoy en sus rutas de senderismo por Galicia.