Es el principio del fin. Los restos del llamado ‘scalextric’ de Vigo empiezan a ser historia. Este martes 12 de enero han empezado, tal y como estaba previsto, las obras de demolición de este enlace que conectaba la ciudad con la AP9 a través de la calle Lepanto. El paso elevado, que ha atrapado a decenas de vehículos en Alfonso XIII a lo largo de las últimas décadas, afronta sus días finales. Se espera que los trabajos de desmontaje concluyan en tres semanas, lo que además provocará un corte de tráfico en el vial que baja desde la estación hasta la calle Cervantes. Todas estas restricciones han provocado grandes atascos en las inmediaciones.
El alcalde, Abel Caballero, reconoció la existencia de estas retenciones pero pidió unos días para que los conductores se acostumbren a buscar rutas alternativas. La desaparición de este céntrico acceso limita las variantes para enfilar la autopista. Se quedan como opciones disponibles el túnel de Beiramar, el nudo de Isaac Peral y la avenida de Buenos Aires.
El regidor vigués se mostró “encantado” con esta actuación, que servirá para “tirar este vestigio de atraso, de barbaridad, porque en Vigo estamos rectificando errores históricos y este era uno de ellos”. Desde ahora y hasta octubre se acometerá una intervención que cambiará sustancialmente la fisonomía de la zona. Una vez que concluyan las labores se entrará en la AP9 a través de un túnel en lugar de por un pequeño puente.
Lo cierto es que todo el entorno de la nueva estación intermodal presentará en otoño un aspecto bien diferente. No sólo se remodelará este acceso, sino que habrá acabado la construcción del Centro Vialia y las reformas de los espacios intersticiales, la Praza da Estación y la Baixada á Estación. Estas últimas obras obligarán a cerrar la plaza y la mencionada calle a partir de este mismo viernes, 15 de enero. Además de humanizarse la zona, se instalará un ascensor donde estaban las escaleras que subían hacia Vía Norte y se colocará la antigua fachada de la estación junto al muro que da a Urzaiz.