El viejo inmueble ubicado en el número 31 del Paseo de Alfonso XII inicia una nueva andadura. Fue proyectado en junio de 1908 por José Franco Montes, por muchos considerado el maestro de la arquitectura eclecticista academicista, y antiguamente se conocía como edificio Prado Angores.
Y aunque se trata de un edificio histórico con 120 años de antigüedad, estando catalogado dentro del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del Casco Vello de Vigo con un interés arquitectónico alto, histórico medio, urbanístico muy alto y un nivel 3 de protección estructural, lleva años completamente abandonado, conservándose su fachada y siendo solamente visible su esqueleto interior.
Hasta ahora, que comenzará una nueva vida para destinarlo a apartamentos turísticos de lujo con unas de las mejores vistas a la Ría de Vigo y en un emplazamiento envidiable en pleno centro de la ciudad.
Se trata de una actuación envuelta en cierta polémica tras el debate que lleva meses encima de la mesa sobre la proliferación de pisos de uso turístico en la ciudad y su posible regulación. Y con duras críticas del BNG -que incluso se llegó a manifestar- tras el anuncio hecho hace unos meses por la Xunta de Galicia, cuando tras el Consello informaba de los proyectos beneficiarios de una línea de ayudas convocada por Turismo de Galicia para apoyar iniciativas «tractoras» que llevasen aparejada la rehabilitación con usos turísticos de lugares singulares del Camino de Santiago.
Y aquí entra el proyecto presentado por Fyneko Real State Investiment Trust, el promotor de la actuación en pleno Paseo de Alfonso -lugar de paso del Camino Portugués de la Costa-, que estos días ya ha iniciado sus trabajos con la colocación del cartel de obra, en el que reza que la actuación comienza este mismo mes de febrero y por un plazo de 12 meses, así como con la preparación de la zona para colocar la grúa y el andamiaje necesario para ejecutar las obras.
La empresa -con sede en Sabarís- plantea así una rehabilitación integral -tanto interior como exterior- del edificio, que cuenta con planta baja y tres plantas así como bajo cubierta, respetando la tipología original y conservando las fachadas y los muros interiores que configuraban la caja de la escalera original.
La empresa con base en Santiago, Ypgal Constructora, será la encargada de hacerse cargo de la actuación. Se trata de una vieja conocida de este tipo de obras de para viviendas puesto que tiene en su haber la ejecución de múltiples proyectos residenciales y de lujo en Canido, la calle Uruguay o, más recientemente, el nuevo edificio que también acaba de iniciarse en Cánovas del Castillo, con pisos que llegan a rondar el millón de euros.
La subvención ofrecida por la Administración autonómica para llevar a cabo este proyecto supera los 699.000 euros, lo que supone el 35% por ciento de la inversión total de la actuación que, sin duda, cambiará la fisonomía de la calle en los próximos días con el objetivo de ofrecer un nuevo servicio turístico en pleno centro de la ciudad en el próximo año 2026.