Las obras de la Gran Vía de Vigo han entrado este martes en una nueva etapa con la instalación de las dos rampas mecánicas que permitirán salvar, en sendos tramos, la pendiente existente entre las calles Venezuela y Nicaragua. En primer lugar, se han empezado a montar las cintas que irán desde la calle Bolivia hasta la calle Nicaragua. Luego le tocará al otro segmento.
Cada uno mide 40 metros de largo, aunque los bloques llegan separados y se ensamblan en el punto. Según indicó el alcalde, Abel Caballero, poseen un sistema de ahorro energético que, cuando no hay nadie pasando, “ralentiza la velocidad” y pasa a un programa de bajo consumo. Un apunte muy propicio para los tiempos que corren, con los precios disparados.
El regidor vigués, que se acercó a la Gran Vía para presenciar el inicio de la instalación, también ofreció un nuevo horizonte para el fin de las obras: enero de 2023, “seguramente en la segunda quincena”. Así, se habrán prolongado durante casi un año, ya que empezaron en febrero. No obstante, hay que tener en cuenta que habrá un parón de por medio: el ya habitual durante la Navidad “para permitir el funcionamiento del comercio de la zona”.
La Gran Vía de Vigo dijo adiós de forma definitiva a su bulevar entre María Berdiales y Nicaragua el pasado mes de abril. En julio se cambió el margen de la vía sobre el que se actuaba, es decir, se pasó al sentido ascendente. Y ahora, tras crear los huecos para las rampas mecánicas, toca su montaje.
Las rampas tendrán capacidad para transportar a 7.300 personas por hora. La inversión inicial entre María Berdiales y Venezuela superó los 5 millones de euros; ahora se destinan otros 3,6 millones cofinanciados con fondos europeos.
También está previsto poblar de vegetación la zona para convertirla en una especie de jardín botánico, tanto en el interior como en el exterior. Además, se pondrá pavimento descontaminante y un sistema de ahorro energético. Asimismo, se está aprovechando para renovar el saneamiento, el abastecimiento, la recogida de aguas pluviales y la señalización semafórica. Igualmente, se contempla el soterramiento de los servicios que precisen cableado.
Los planes municipales pasan por llevar este sistema de movilidad mecánico a la zona de la Gran Vía que discurre entre las plazas de España y América. En esta ocasión, el Concello de Vigo estudia ‘indultar’ el bulevar y montar las rampas en una de las aceras laterales, aunque no está decidido.