Las obras del túnel de Porta do Sol tenían reservada una sorpresa en el tramo que discurre por la calle Elduayen. Los trabajos que se han llevado a cabo en las últimas horas, justo a la altura de la rúa Sombrereiros, dejaron al descubierto varias construcciones. Pero son dos estructuras las que centran ahora toda la atención de los responsables de la obra. Un muro de casi un metro de altura y una atarjea (conducto de agua) han quedado a la vista en las obras del túnel de Elduayen. Ahora, ya se estudia su procedencia.
Una decena de trabajadores, entre operarios, técnicos y arqueólogos, se arremolinaban a primera hora de este jueves en la curva de Elduayen. El hallazgo de las dos construcciones supone ahora el estudio de ambas para determinar su procedencia y actuar en consecuencia. Se trata de una zona de protección arqueológica, a la entrada del Casco Vello histórico. Así, será necesario tomar medidas cautelares para salvaguardar el patrimonio si su interés se ve amenazado.
La canalización de agua procede casi con toda seguridad a una atarjea construida a finales del siglo XIX con la ampliación de la calle Elduayen. Abierta en 1890, su obra permitió comunicar la ciudad de Este a Oeste a costa de derribar edificios y la capilla de la Misericordia. Precisamente, esa pequeña iglesia se encontraba justo en ese punto de localización, por lo que no se descarta que sean los restos de aquella capilla.
Arqueólogos municipales y de la empresa contratada para las obras del túnel de Porta do Sol ya están sobre el terreno. Tendrán ahora que estudiar los restos del muro hallado junto al futuro túnel de Elduayen para valorar si procede su conservación.
Historia de la capilla de Elduayen
La calle Elduayen ya cumplió 130 años de vida, según relataba el periodista e historiador Eduardo Rolland en las páginas de VIGOÉ. «El proyecto de la ‘gran arteria’ generó un gran debate, porque había que demoler varios edificios del Casco Vello, incluyendo la antigua capilla de la Misericordia», explica en su crónica publicada recientemente.
Este templo aparece en la premiada novela de Ledicia Costas “Jules Verne e a vida secreta das mulleres planta”. En ella, el escritor francés visita una botica situada muy cerca, en la calle Sombrereiros, y comenta que la capilla de la Misericordia fue levantada por suscripción popular y los dineros de los pescadores de O Berbés.
Calles Antequera y Soledad
Añade también que el cronista Taboada Leal anota en su ‘Descripción topográfico-histórica de la ciudad de Vigo, su ría y alrededores’ que “hacia el centro de la ciudad hay una buena capilla, titulada de la Misericordia, que sirvió de parroquial durante la grande obra de la colegiata». Se refiere a que la iglesia de Santa María había colapsado a principios del siglo XIX y durante 20 años se prolongaron los trabajos para construir la actual concatedral neoclásica. Así que los vigueses tomaron la Misericordia como su iglesia principal durante mucho tiempo.
Junto a la iglesia de la Misericordia, desaparecieron las calles Antequera y Soledad, mientras que Sombrereiros fue recortada. Y dos vecinos aceleraron la demolición al provocar un incendio en el barrio en mayo de 1887 por el que fueron condenados a penas de 16 años de cárcel. Finalmente, en 1890 se abría al tráfico la calle Travesía.