El ex capitán del Celta de Vigo, Hugo Mallo, ya puede residir en su nueva vivienda unifamiliar que ha levantado en la parroquia de Alcabre.
La Gerencia de Urbanismo acaba de concederle la licencia de primera ocupación tras un largo periplo administrativo que un representante suyo inició ante los servicios municipales hace casi ya tres años.
De hecho, fue en octubre del año 2022 cuando solicitó el trámite por primera vez tras otorgarle Urbanismo licencia de obra tres años antes, en 2019, con el objetivo de construir su vivienda, que está compuesta de dos plantas y piscina, en dos parcelas agrupadas de Alcabre que, además, cuenta con vistas al mar.
Así, tres años después, y tras comprobar los técnicos municipales que todos los pormenores urbanísticos estaban cumplidos, resuelven a su favor para que se pueda asentarse y oficializar su residencia en la ciudad.
Una de esas comprobaciones llegó tras girar una visita de inspección al terreno a principios del pasado año 2024, donde los funcionarios determinaron que las obras de urbanización requeridas frente a la parcela así como el resto de condiciones urbanísticas expuestas en la licencia se habían cumplido «ajustándose en los sustancial al proyecto autorizado», reza el documento urbanístico.
Tras ello, se ordenó devolver la fianza requerida para responder por los gastos de urbanización y, con ella, la licencia de ocupación matizando, eso sí, que las condiciones de protección contra incendios «eran las adecuadas en la aplicación de la normativa», recordándole la «obligación» de mantener el edificio en las mismas condiciones de seguridad.
Distribución
Con todo, la nueva vivienda de Hugo Mallo en Alcabre, una de las zonas más turísticas y amables de la ciudad, destaca por estar compuesta por una planta semisótano que está destinada a garaje, una planta baja y planta primera para vivienda además de una piscina, en el jardín exterior, de 26,52 metros cuadrados.
El proyecto, que data del año 2019, fue diseñado por los arquitectos Arturo Lagoa Núñez, Mario Fernández Estévez y Roi Abal Alves con un presupuesto de ejecución material que ascendía a los 315.000 euros.
Así, el actual jugador del Aris de Salónica de la Superliga de Grecia, que tiene 33 años y nació en Marín, ha preferido la Ría de Vigo para asentarse tras sus años en la ciudad siendo uno de los estandartes del Celta de Vigo.
Sin embargo, su carrera deportiva se empañó tras una denuncia de una mujer que trabajaba como mascota del RCD Espanyol y que lo acusó de haberle hecho tocamientos durante el saludo previo al partido entre ambos equipos en abril del año 2019.
Hechos que finalmente fueron probados con la confirmación de la condena por la Audiencia de Barcelona el pasado mes de diciembre, rechazando además el recurso presentado por el futbolista y ratificando la pena de 20 meses de multa con una cuota diaria de 10 euros y el pago de las costas procesales impuesto por el Juzgado Penal 19 de Barcelona.