«Estamos hartos del pésimo y peligroso estado de la calle. ¿Para cuándo una solución antes de que se caiga el puente y los edificios próximos?», se preguntan los residentes de los primeros números de Progreso, una preocupación que también comparten vecinos de otras calles del entorno como López de Neira o Pracer, todas ellas en pleno centro, a escasos metros del kilómetro cero de Vigo y del edificio consistorial.
Desde hace años padecen averías constantes en las redes de abastecimiento que en los últimos meses se han agravado, con cortes de agua frecuentes e incluso de luz, como el sufrido este pasado domingo, en el que buena parte de la zona estuvo trece horas sin agua y otros vecinos, además, sin corriente. «Se inundó un transformador de Fenosa que está bajo el puente de López de Neira», explica Eva López, una de las vecinas del edificio del número 1 de Progreso.
Lo ocurrido a lo largo de esa jornada dominical fue, probablemente, la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los vecinos, que desde las siete de la mañana, hora en la que llegaron los técnicos de Aqualia, hasta las ocho de la tarde, estuvieron sin servicios básicos. «Ponían un tramo nuevo de una tubería en un lado y reventaba a los pocos minutos en otra parte, así estuvieron todo el día», informa esta vecina, «cansada» de que el Concello de Vigo y Aqualia «escurran el bulto, con apaños temporales que no aguantan nada».
«Las roturas son cada vez más frecuentes y necesitamos de una vez por todas hacernos oír para que solucionen este problema después de tanto tiempo. Esto es intolerable, llevamos años así y hemos tenido ya mucha paciencia hasta ahora«, insiste.
Además de anegar el transformador, la enésima avería del pasado domingo provocó inundaciones en los garajes de varios edificios y en los bajos comerciales. La humedad por el mal estado de las tuberías afecta también a las viviendas a través de filtraciones y, lo que a juicio de los vecinos es incluso más grave, al puente sobre el que se erige Progreso y bajo el que pasa López de Neira. «Las grietas son cada vez más grandes y no deja de chorrear agua por las cuatro esquinas», subraya esta vecina, que añade que «nunca» había visto el puente en tal mal estado.
«Hay que actuar para evitar un mal mayor, no es una exageración porque las grietas dan miedo, es algo horroroso. Chorreaba por las cuatro esquinas y las paredes», remarca.
Añade además que el presidente de la comunidad de vecinos del edificio contiguo, de Progreso 3, se puso en contacto con el Concello para exigir una solución hace más de un año, sin obtener ninguna respuesta. Son conscientes de que no son los únicos afectados, ya que hay los mismos problemas en otros edificios de la calle y de las del entorno. «Hasta ahora hemos tenido mucha paciencia, pero tenemos que juntarnos en serio los vecinos y tomar medidas«, afirma.
Y es que las averías también afectan al estado de las aceras, completamente hundidas ya que las constantes roturas contribuyen al hundimiento de la calle. «El suelo se va socavando cada vez más, las aceras se inclinan hacia la carretera y la zona es intransitable, nos cuesta muchísimo caminar por la parte de los impares. Tenemos un vecino con un carro de gemelos que tiene que cruzar porque por este lado es imposible», indica.
«Sabemos que existe un proyecto para humanizar la calle Granada y el Progreso, pero lleva muchos años pendiente y ahí sigue», añade Eva López, que matiza que la humanización de la calle, por sí sola, no solucionaría tampoco el problema, que precisa una actuación mucho más amplia para renovar todas las canalizaciones, además de revisar la estructura del puente.
«Todas las calles deben estar bien, pero me parece vergonzoso e incomprensible que las que están alrededor del ayuntamiento estén en un estado de pena. Las de López de Neira están incluso peor que Progreso», subraya.