El hombre, de 56 años, compareció ante el juez después de haber sido arrestado el miércoles por la Policía Local, que lo acusa de haber agredido a un agente durante el desalojo de los vecinos que habían ocupado de nuevo la glorieta de la Avenida de Castelao. A las puertas de los juzgados de la calle Lalín se concentraron los vecinos que se oponen a la instalación del pesquero «Bernardo Alfageme» en la rotonda.
Con una pancarta que rezaba «Xustiza social, non represión policial», los vecinos recogieron firmas contra la colocación del barco. La Asemblea Aberta de Coia mantiene que no hubo ningún tipo de agresión y que durante el desalojo no resultó herido nadie.
David Regades, concejal vigués de Fomento, aseguró este miércoles que la intervención de la Policía Local en la rotonda de Coia se realizó por temas de seguridad. «No vamos a tolerar riesgos para la seguridad de las personas y del tráfico», señaló el edil socialista al ser preguntado por los incidentes registrados a primera hora de la mañana en la glorieta de la Avenida de Castelao. «Hubo un problema de seguridad y ya está solucionado», dijo.
Regades afirmó que durante la entrada de los vecinos en la rotonda se produjeron actos vandálicos. «Es un acto de vandalismo, tiraron vallas y rompieron los precintos», explicó a preguntas de los periodistas durante su comparecencia.
Un detenido y un policía herido
El grupo de vecinos de Coia que se opone a la instalación del pesquero «Bernardo Alfageme» en la rotonda de la Avenida de Castelao había entrado de nuevo y ocupado la glorieta, pero alrededor de las diez de la mañana la Policía Local los expulsó otra vez. Sobre las ocho de la mañana cuando los opositores saltaron otra vez y retiraron las vallas que había colocado el Concello hace exactamente dos semanas. Una patrulla de la Policía Local se presentó en la zona y procedió a la identificación de los vecinos. Alrededor de las nueve y media, según informan desde la Asemblea de Coia, llegaron una decena de vehículos policiales para rodear la glorieta. Poco despúes expulsaban a los vecinos, que decidieron quedarse en las inmediaciones por el momento.
Durante el desalojo, un agente recibió un puñetazo en la cara, siempre según fuentes policiales. Tras una revisión médica en el Hospital Xeral, se descartó que hubiese lesiones en la cara, pero sí se detectó daños en una muñeca, por lo que fue inyesado.