En esta segunda entrega que realizamos sobre las recomendaciones ante el peligro de contagio por coronavirus, abordaremos aspectos fundamentales como la limpieza.
La mejor profilaxis es el aislamiento —el confinamiento—, el evitar el contacto físico y el respetar las distancias al hablar con otras personas —mínimo un metro y medio—, y la utilización de guantes desechables y de mascarilla, y al estornudar o toser realizarlo sobre un pañuelo de papel desechable. Asimismo, la higiene personal debe extremarse con la ducha diaria y el lavado minucioso de las manos.
La importancia de la utilización del jabón radica en que consigue romper la capa de protección del virus. Luego los restos serán desechados por el desagüe. Pero el proceso necesita un tiempo que ronda los treinta segundos como mínimo, por es es preciso realizar la operación adecuadamente. En el siguiente vídeo, tomado de internet y de autoría desconocida, se muestra de un modo muy pedagógico cómo debe realizarse.
Como alternativa la jabón para conseguir atacar al virus se pueden utilizar otros productos, como el alcohol, pero se necesita una concentración muy alta, del orden del 70% como mínimo, teniendo en cuenta que su uso reiterado puede llegar a producir alteraciones de la piel en algunas personas. También son muy eficaces los compuestos cuaternarios de amonio, pero son todavía más agresivos. Por ese motivo los desinfectantes comerciales llevan incorporados otros productos como gel o glicerina.
Como norma, antes de utilizar cualquier desinfectante se deben lavar las manos para evitar que la grasa o la suciedad disminuyan su efectividad (el desinfectante no limpia, sólo desinfecta). La página web de la OMS (Organización Mundial de la Salud) propone una fórmula destinada a uso profesional.