La Xunta de Galicia ha anunciado su decisión de vallar el recinto de la antigua estación de autobuses de Vigo, con el objetivo de prevenir accidentes y evitar la entrada no autorizada al inmueble. La acción se enmarca en las medidas de seguridad viaria impulsadas por la Xunta tras recibir la alineación de la parcela, un requisito esencial otorgado por el Concello de Vigo para poder intervenir en el área.
Entrega del plano topográfico y búsqueda de empresas para la ejecución
Como paso previo al vallado, la Xunta ha entregado el plano topográfico del inmueble y ha solicitado ofertas a diversas empresas para llevar a cabo esta obra con la mayor celeridad posible. Esta acción busca garantizar la seguridad de los ciudadanos que transitan por la zona, especialmente dada la ubicación estratégica del edificio, cercano a importantes vías de comunicación.
El recinto, actualmente en desuso, se encuentra en una situación de abandono que lo hace susceptible a posibles ocupaciones o incidentes que puedan poner en riesgo a los vecinos y transeúntes. Por ello, el Ejecutivo autonómico considera prioritaria esta intervención provisional mientras se define el futuro del espacio.
Análisis de posibles usos para el inmueble
Además del vallado, la Xunta está llevando a cabo un estudio exhaustivo para determinar las posibilidades de uso de la antigua estación de autobuses. Este análisis forma parte de un plan más amplio para la recuperación de espacios urbanos estratégicos en la ciudad, alineado con el objetivo de revitalizar áreas infrautilizadas y convertirlas en activos funcionales para la ciudadanía.
Aunque aún no se ha definido el destino final del edificio, el Gobierno gallego subraya su compromiso de encontrar una solución que aporte valor al entorno y cubra necesidades urbanas o sociales. Entre las opciones que se podrían considerar están la reconversión del espacio en instalaciones públicas, zonas de esparcimiento o infraestructuras culturales.
Un paso necesario para la seguridad y el desarrollo urbano
El vallado de la antigua estación de autobuses no solo responde a una necesidad inmediata de seguridad, sino que también representa un primer paso hacia la recuperación de un espacio con gran potencial. Mientras se avanza en los estudios para determinar su futuro, la medida busca proteger tanto el inmueble como a los ciudadanos que frecuentan la zona.
La Xunta insiste en que esta intervención forma parte de su compromiso por garantizar entornos urbanos más seguros y ordenados, al tiempo que se impulsa el desarrollo sostenible de la ciudad. En las próximas semanas, se espera que comiencen las obras del cercado, marcando el inicio de una nueva etapa para este emblemático lugar de Vigo.
Críticas del BNG
Por su parte, el grupo municipal del BNG ha urgido este jueves alternativas habitacionales para estas personas, que «malviven en situación de vulnerabilidad social», tras conocerse que la Xunta va a cerrar el recinto y a impedir el acceso a personas sin hogar.
«Es indecente que la única medida que adopte el gobierno de Rueda sea la de cerrar la estación sin atender antes a las personas en situación de exclusión social», ha censurado del portavoz nacionalista, Xabier Pérez Igrexas, que también ha criticado al gobierno local por la «falta de verdaderas políticas de integración e inclusión social».
Tras recordar que «la pobreza no se combate con vallados», ha pedido a ambas administraciones que cooperen para solucionar esta situación. En el caso de Vigo, ha recordado que el Ayuntamiento maneja un presupuesto de más de 300 millones de euros y no ofrece alternativas a las casi 200 personas que viven en las calles de la ciudad, ya que el albergue municipal tiene «menos de 40 plazas» y unas «condiciones muy limitadas y precarias».