En lugar de estar cada día más cerca, las obras para reformar la Avenida de Madrid se alejan conforme pasa el tiempo. Vigo ha conocido este martes un nuevo plazo para su ejecución. O más bien para la finalización de su largo periplo administrativo. Abel Caballero había anunciado hace solo once días que la remodelación de esta arteria de la ciudad comenzaría “a mediados de 2023”. Y ahora ha declarado que para junio solo habrá dado tiempo a firmar el convenio con el Ministerio de Transportes y para aprobar el proyecto.
Esa es una de las conclusiones de la reunión mantenida en Madrid con el director general de Carreteras, Juan Pedro Fernández Palomino. Ambos dirigentes acordaron la rúbrica de otro acuerdo que sustituirá al existente, que expira el 31 de diciembre de 2022. En un inicio, se avanzó que se prorrogaría el actual pero finalmente se elaborará otro distinto con un importe mayor: 16,2 millones en lugar de 13,4 millones. Y con vigencia hasta 2026.
En cualquier caso, según declaró Caballero tras el encuentro en la sede del Ministerio, los porcentajes se mantendrán: el Gobierno pagará dos tercios y el Ayuntamiento el tercio restante. La obra se desarrollará en dos fases. Cada una de ellas durará al menos un año.
El alcalde de Vigo asegura que Transportes ya está elaborando el proyecto para aprobarlo “allá por los últimos meses de la primavera”, antes de la firma del convenio, cuya tramitación avanzará “paralelamente”. El acuerdo, siempre según la información facilitada por Caballero, incluirá la transferencia íntegra de la Avenida de Madrid en favor del Concello de Vigo.
La mejora de esta entrada a la ciudad estaba prevista para hace varios años, pero se fue postergando en el tiempo. Primero, para añadir más fondos económicos y optimizar la remodelación. Después, porque la creación del túnel de Lepanto y la instalación de las rampas de la Gran Vía hacían incompatible la reforma de la Avenida de Madrid. Y Caballero tenía sus prioridades.
El proyecto pretende convertir el vial, que en realidad pertenece a la autovía A-55, en un tramo plenamente urbano. Así, se replantean varias intersecciones como las existentes en las calles San Roque y Gandarón. Además, se prevé renovar las aceras, incluir alguna escultura singular, elementos de bienvenida y sustituir el actual vallado por medianeras ajardinadas.