La calle Real, una de las principales arterias que cruza el barrio histórico vigués, vuelve a pedir paso para convertirse en la vía central, vertebradora y más imponente del Casco Vello.
Y es que de aquella imagen de ocio y locales de copas sobre la que giró la histórica calle hace años, se pasó a un episodio de ´vacío´ donde casi no existía vida residencial y habitaban pocos bajos con actividad comercial.
Sin embargo, el trabajo del Consorcio Casco Vello de Vigo (CCVV) y de la iniciativa privada hizo revertir, en parte, esa imagen. El objetivo: situarla nuevamente como una calle referente y testimonio de algunas de las páginas más importantes de la ciudad, como lo fue en sus inicios, y hacer honor así a su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 1946.
Y es que a lo largo de su trazado en pendiente, que une la Colegiata con la Praza do Berbés, se alzan algunos de los edificios más notables de la ciudad, tanto por su calidad arquitectónica como por la biografía de los personajes que vivieron en ella o por las raíces de las actividades que hubo en alguno de sus bajos, como es el caso de la imprenta que editó la primera edición de Cantares Gallegos, de Rosalía de Castro (número 12).
El traslado de los Registradores de la Propiedad y Mercantil al número 31, tras una importante rehabilitación de cuatro edificios, fue uno de los primeros pasos para ofrecer mayor ´vida´ a la calle.
La sede de la antigua -y ya inexistente- Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción (APEC) sumó esfuerzos y, más recientemente, la implantación de varios locales comerciales, como por ejemplo, Celme en el número 25 o el traslado del restaurante Niño Corvo (número 22).
El proyecto de Down Vigo y Zona Franca (número 27) -con las obras ya en marcha- o la reciente e íntegra rehabilitación del número 13 de la calle, un histórico inmueble con más de 120 años de antigüedad donde ya residen nuevos moradores, fueron otros importantes pasos a los que, ahora, se suma la puja y puesta a disposición al público en general de dos exclusivos locales comerciales que, además, se encuentran enfrentados en la propia calle.
Antigua sede de APEC
Concretamente, uno es el que marcó la defunción de APEC en el año 2017 y por el que tuvieron que liquidar la asociación y solicitar el concurso de acreedores. Así, el número 16 de la calle Real se encuentra en plena subasta pública puesta en marcha por el Juzgado Mercantil número 3 de Pontevedra.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó a finales de mayo el inicio de la subasta, estando abierta hasta el jueves, 20 de junio, a las 18:00 horas.
Y se trata de un ´jugoso´ local que se reclama por una cantidad total de 495.685,81 euros, aunque sin puja mínima, y con un valor en subasta que asciende a los 438.244,95 euros. Y ya cuenta con varias ofertas: la más alta -hasta el momento- ha sido por un importe de 438.010,14 euros.
Y no es para menos ya que los bienes subastados son realmente tres inmuebles. Más en detalle, se trata de:
- Un local situado en la planta baja-semisótano y una superficie útil de 147,44 metros cuadrados con acceso por la escalera que comunica la calle Real con Teófilo Llorente.
- Un bajo destinado a oficinas en la planta baja con una superficie útil de 90,19 metros cuadrados y entrada por la calle Real y por la escalera que da a Teófilo Llorente.
- Una planta primera destinada también a oficinas con una superficie útil de 94,54 metros y acceso por la calle Real.
Las tres fincas cuentan, según las condiciones de la subasta, con «ocupantes sin derecho de permanencia» detallando, además, que en el caso de la planta baja y el primer piso «se encuentran alquiladas» actualmente.
A concurso hasta mediados de julio
Mientras, el Diario Oficial de Galicia (DOG) acaba de publicar el anuncio del concurso de alquiler del local comercial del número 13 de la calle, cuya rehabilitación del edificio fue impulsada por el Consorcio Casco Vello.
Con una superficie útil de 46,40 metros cuadrados, este local se ofrece con uso exclusivo del patio situado en el fondo del inmueble. Se ofrece libre de cargas y con una renta anual de 1.807,56 euros o, al mes, de 150,63 euros.
Sin embargo, desde el Consorcio ya apuntan que será necesaria una pequeña reforma ya que necesita instalación eléctrica, pintura y carpintería interior.
El plazo inicial para el contrato de alquiler será de 7 años y se valorará especialmente, para la adjudicación del mismo, que la actividad a desarrollar en el bajo tenga como finalidad la dinamización económica y social prevista en el entorno de la zona histórica.
Y como bien establece el documento del concurso, los interesados pueden pujar por el mismo en el plazo de 30 días naturales a contar desde este martes, 18 de junio, con lo que estará abierto hasta mediados del próximo mes de julio.
El edificio, completamente rehabilitado por la empresa Prace, Servicios y Obras SA, se remató en marzo del año 2023 y es proyecto del estudio de arquitectura Rodríguez y Rivoira Arquitectos, que recogió como uno de sus elementos distintivos la conservación en la fachada de piedra de los grandes ventanales que caracterizan al edificio.
Se permitió así recuperar uno de los mayores edificios construidos en el barrio histórico, levantado sobre un solar de 116 metros cuadrados y ofreciendo así 4 viviendas de unos 62 metros cuadrados.