La campaña de recogida de firmas para pedir una reducción de las molestias que genera la celebración de la Navidad en el centro de Vigo acaba de superar los 1.200 apoyos. La iniciativa abierta en ‘Change.org’ se inició hace menos de dos semanas para solicitar “unas Navidades dignas y felices para todos” en zonas que la propia ordenanza municipal del Concello considera “acústicamente saturadas”.
El alcalde, Abel Caballero, fue cuestionado en las últimas horas por este movimiento contra el ruido y los cortes de tráfico que se producen en el epicentro de las celebraciones de Navidad y su respuesta fue contundente. “Hay cientos de miles de personas a las que les encanta la Navidad. Me atrevería a decir que casi 300.000 personas”, replicó.
El regidor vigués redujo inicialmente esta campaña a la iniciativa de “dos o tres personas” y posteriormente sostuvo que apenas la respaldan un máximo de “20 personas”. Con todo, reconoció el derecho a protestar tras matizar que “la ciudad apoya lo que hacemos” y así se refleja cada cuatro años. “¿No se da cuenta usted de lo que sucede en Vigo cuando hay elecciones?”, preguntó al medio de comunicación que le interpeló por este asunto.
La plataforma, que ya el año pasado promovió la colocación de crespones blancos en ventanas y balcones, acusa al Concello de Vigo de incumplir su propia normativa de ruidos “de noviembre a enero”. Su manifiesto pide equilibrar el disfrute de la Navidad con el derecho al descanso, para lo cual se sugiere buscar un emplazamiento “seguro”. “Parque temático sí… pero en el lugar adecuado”, exponen.
Por ello, piden “comer o cenar sin ruidos atronadores de villancicos, sirenas o gritos que os impidan tener una conversación con los vuestros”, además de “dormir, descansar, trabajar o estudiar, en definitiva, vivir”.
“Aunque parezca increíble somos muchos los vigueses o vecinos de los alrededores que se desplazan a Vigo por motivos familiares o de trabajo, que no podemos disfrutar de la Navidad como lo hacen los demás vigueses. Llevamos años sin poder hacerlo. No podemos hacerlo porque hemos visto invadidas nuestras vidas durante tres meses por la instalación de un enorme parque temático concentrado en las calles del centro de la ciudad”, añaden.
Durante ese tiempo, según sostienen, “no podemos descansar, convivir o trabajar como lo hacen los demás vecinos de la ciudad”. “Tampoco podemos acceder a nuestras viviendas, centros de trabajo o servicios sociales como los demás vigueses. Nos cortan las calles, nos limitan los accesos y nos someten durante dos meses de forma continua a un ruido constante, durante muchas horas al día”, lamentan.