La firma Civis Global ha comenzado los trabajos para levantar la cubierta acristalada que protegerá el tranvía colocado al principio de la Avenida de Castelao.
Una estructura de acero rematada en un tejado a dos aguas se puede vislumbrar perfectamente rodeando al tranvía, que lleva cuatro años en su actual ubicación, y que actualmente está rodeado de la maquinaria pesada necesaria para blindarlo de los estragos de la intemperie.
Las obras comenzaron hace dos meses y hasta ahora los avances eran casi imperceptibles. Pero la instalación de esta especie de pérgola, que ha precisado de la ayuda de una grúa ocupando un pequeño tramo de la calzada, ha cambiado sustancialmente la estética del lugar, que llamaba este miércoles la atención de conductores y transeúntes.
Ha sido necesario sacar la obra a concurso dos veces: en la primera ocasión, en 2020, por 120.000 euros y el concurso quedó desierto. Dos años más tarde, el Concello incrementó el presupuesto hasta los 188.000 euros y se hizo con la licitación Civis Global, que está montando una estructura de vidrio laminado que intentará evocar a las viejas cocheras de As Travesas.
El propósito del Concello pasa por exhibir el tranvía, pero también por mantener viva “una parte de la historia de la ciudad”, tal y como dijo en su momento el alcalde, Abel Caballero, quien reconoció entonces que este vagón guarda algunas diferencias con respecto a los originales..
El proyecto confeccionado por el Concello de Vigo también incluye un reloj en lo alto, reforzando así esa imagen de las antiguas cocheras.
La adquisición de este tranvía se gestionó contactando con un coleccionista de Zaragoza, propietario de una numerosa cantidad de ejemplares entre los que figuraba uno del norte de Portugal, finalmente restaurado como el número 18 de Peniche. Durante décadas, los viejos vagones estuvieron en una vía en la zona de Florida, a merced de vándalos, y ninguno se ha conservado.
El Concello de Vigo compró uno ‘gemelo’, que fue objeto de pintadas en mayo de 2019, para recuperar una parte de la memoria de aquellos tiempos, cuando estos vehículos, además de las líneas urbanas, iban de Vigo a O Porriño, Nigrán, A Ramallosa y Baiona.