Han tenido que pasar 70 años para que la ermita de A Guía estuviera terminada tal y como fue concebida en el proyecto original elaborado por el arquitecto Gómez Román. Este miércoles, 11 de mayo de 2022, se ha rematado el diseño de la capilla que se había confeccionado en 1951. El templo había quedado “sin completar”, como ha explicado este miércoles Abel Caballero. Le faltaba el Cristo que la coronaba.
Esa figura del Sagrado Corazón, hecha de granito, luce entera desde este miércoles. El lunes por la tarde se inició su montaje, ensamblando seis piezas diferentes, y poco a poco se ha ido componiendo hasta obtenerse el resultado final.
Tanto el alcalde de Vigo como la presidenta de la Deputación de Pontevedra, Carmela Silva, acudieron al monte de A Guía para comprobar en primera persona la evolución de los trabajos. Las dos instituciones han sufragado el coste de la actuación, que asciende a 84.000 euros. Junto a ellos estuvo el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro.
“No podíamos dejar que Vigo tuviera inconclusa una obra de esta importancia, ha destacado Caballero. El alcalde ha alabado el resultado de la escultura esculpida por la Escuela de Cantería y se ha mostrado “encantado” de rematar una “obra histórica” siguiendo “las indicaciones” del “más importante arquitecto de Galicia”, en referencia a Goméz Román.
“Faltaba la pieza más representativa y visible en términos arquitectónicos”, ha proseguido Caballero, para quien la ermita es un “faro” en la ría de Vigo que ahora se ve culminado con este Cristo, que pesa seis toneladas y mide seis metros de alto.
La actuación ha sido objeto de críticas y reticencias. Por un lado, por la donación de la estatua a la Iglesia Católica usando para ello fondos públicos en un Estado aconfesional. Por otro, porque desde el ámbito cultural se ha subrayado la relación del Sagrado Corazón con la simbología fascista durante la dictadura de Franco.
El alcalde ha insistido en que “dentro de poco” se iluminará la ermita, una iniciativa que acumulada un “retraso importante” porque, según denuncia, la Xunta de Galicia “pone todos los problemas del mundo” para ello.