La delegada territorial de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias, ha anunciado este martes que la nueva estación de autobuses de la ciudad olívica se inaugurará el 17 de diciembre -en lugar del día 5- después de que la comisión de seguimiento de la construcción de los accesos y el entorno de Vialia conociera que el Concello de Vigo “acumula de nuevo retrasos en las obras de los apeos provisionales para la construcción del ascensor Halo y las preceptivas autorizaciones del Gobierno central”.
Según la representante autonómica, la Xunta de Galicia está en disposición de poner en funcionamiento la terminal de buses de Urzaiz en cuanto finalicen las obras municipales del elevador, que taponan los accesos, y una vez que el Ministerio de Transportes dé los permisos pertinentes.
Tapias explicó que durante la reunión convocada para este martes por la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade para abordar el futuro inmediato de la estación, el Concello informó de que no podía abrir el túnel de Lepanto hasta el 12 de diciembre y de que aún estaba a la espera de que el Ministerio diera sus permisos. Una información que el regidor local, Abel Caballero, hizo pública de forma paralela en una rueda de prensa.
“A pesar de que el alcalde ha vuelto a incumplir todo lo acordado y de que lleva cinco meses engañando a la ciudadanía para evitar que abra la intermodal, la Xunta cumplirá su compromiso con los vigueses y pondrá el estación en funcionamiento en cuanto libere los accesos y cuente con las autorizaciones”, declaró la delegada territorial.
Además, añadió que la Xunta siempre ha estado dispuesta a la apertura para ofrecer a los usuarios una nueva terminal en el centro de la ciudad. “No existe ninguna razón para que no queramos abrir la estación, pero por el contrario asistimos a los impedimentos permanentes por parte del alcalde, que hoy asegura que pidió el permiso a Transportes cuando hace cinco meses afirmó que era la Xunta quien tenía que hacerlo”, señaló.
“Primero dijo que no afectaban sus obras, luego que no se necesitaban los permisos, después que no teníamos nada preparado o que no quería los autobuses por la ciudad. Es una negativa permanente por el hecho de que es una obra de la Xunta y se desmonta su estrategia de que no invertimos en Vigo”, añadió.