La fachada del asilo de Pi y Margall, salvada por la campana en los trabajos del derribo del Barrio do Cura, luce de nuevo junto a uno de los mejores miradores de la ciudad. Después de tres semanas de trabajo, llevados a cabo por la empresa de restauración, Antema Restauracions S.L., este pasado viernes fue retirado el andamio y recuperó el esplendor que tenía cuando fue levantada a principios del siglo XX.
Desde principios del mes de mayo, tres técnicos trabajaron a 20 metros de altura a las órdenes de una restauradora para devolver la obra a su estado original. En esta primera fase de recuperación se llevaron a cabo trabajos de limpieza de grafitis, retirada de plantas y reparación de juntas, muy dañadas por el paso de las décadas.
Así, se llevó a cabo una limpieza mecánica de las plantas que colonizban la fachada y se borraron los grafitis con productos químicos específicos para eliminación puntual de las pintadas. Igualmente, se realizó la limpieza con cepillo manual de cerdas blandas para piedra de sillería. Agua nebulizada, picado de encintes y encintado de la fachada con mortero de cal hidráulica y arena, y reintegración de juntas con conchas de vieira completaron las labores.
La promotora inmobiliaria Autnomy Real State se ha propuesta dar brillo a la única parte del edificio que queda en pie del viejo inmueble ya derribado y contrató a una empresa de restauración, Antema Restauracions S.L., para recuperar el esplendor que tenía cuando fue levantado a principios del siglo XX.