La Federación de Vecinos Eduardo Chao ha abandonado de forma definitiva la que ha sido su sede durante más de 20 años. Tras el desalojo efectivo que se produjo hace ya cuatro años con la excusa de unas obras que no afectaban a sus instalaciones y pese a haber entregado ya las llaves del inmueble, este viernes fueron citados por el Concello para materializar su salida, una vez que no han prosperado los recursos presentados tanto por la Favec como por el BNG.
Ambos recursos alegaban razones partidistas, pero el gobierno local les ha dado carpetazo subrayando que la decisión responde a la necesidad de ampliar la Oficina de Rehabilitación Municipal de la Vivienda dependiente de la Gerencia de Urbanismo, que también se extenderá ahora a la segunda planta del inmueble de la Praza Princesa 7, que durante tres décadas ha sido la sede de la Federación.
Como respuesta a dicha citación, la Favec ha convocado una concentración de protesta ante la que fue su sede que estuvo apoyada por los grupos municipales de PP y BNG.
«Falta de democracia total»
Según ha explicado la presidenta de la Federación, María Pérez, la entidad entregó las llaves de las oficinas hace 4 años y, en las últimas horas, recibieron en su sede provisional (los locales de la asociación vecinal Camiño Vello) una citación de la Policía Local, para estar presentes cuando se recepcionara el inmueble y comprobar que estuviera en buen estado. «¡Si llevamos cuatro años fuera de aquí, nosotros no sabemos cómo está!», ha incidido.
Para María Pérez, la decisión del gobierno local de desalojar a la FAVEC refleja la «falta de democracia total» del alcalde, Abel Caballero, a quien «no le gusta cuando le critican». «Nosotros solo queremos atender a los vecinos de Vigo, desarrollar nuestra función, que es atender a aquellos que el Ayuntamiento no atiende», ha remarcado.
Según ha recordado, la Federación tiene un convenio para ocupar esas instalaciones que finaliza en 2030. «Y nos echan como a perros, nos echan a la calle», ha denunciado. «Esta falta de democracia no puede ser. Cuando unos vecinos pelean por su parroquia, ya son ‘antivigueses’ para el alcalde», ha proclamado, y ha advertido de que, pese a este desalojo definitivo, «la FAVEC no se acaba, va a seguir trabajando y ayudando a la gente»
María Pérez ha recordado que la entidad vecinal lleva unos 10 años sin recibir financiación municipal. «Cuando éramos ‘amigos’ teníamos convenios y todo lo que pedíamos, pero una vez criticamos una subida de impuestos municipales. Ese mismo día llamaron a un miembro de la directiva y le dijeron que se había acabado la financiación para la FAVEC», ha relatado, y ha avanzado que la entidad acudirá a los tribunales para defenderse y llegará «hasta el final», para que «todo el mundo se entere de lo que hace este señor en Vigo».
«Rotunda condena»
El portavoz del grupo municipal del BNG, Xabier Pérez Igrexas, quiso expresar su «rotunda condena» ante la decisión del gobierno local. «Este desalojo no responde a ninguna necesidad de espacio, es un ejemplo más de la permanente ofensiva del alcalde contra toda entidad que discrepe», ha asegurado.
A través de un comunicado, el grupo nacionalista ha considerado que este hecho supone «un gravísimo paso más en ese régimen de terror antidemocrático que impone el Gobierno de Caballero, reprimiendo con toda forma de violencia institucional aquellos colectivos, entidades y movimientos sociales que tienen la osadía de expresar sus opiniones, críticas o las reivindicaciones del vecindario de Vigo».
Igrexas insistió en que esta decisión constituye un «evidente caso» de desviación de poder que motivó un recursos de reposición por parte del Bloque, desestimado por el gobierno local, al igual que lo fue el presentado por la propia Favec, que utilizaba estas instalaciones de manera formal tras un acuerdo con fecha del 20 de diciembre de 2004 con el Concello, que previamente las había cedido.
«Este desalojo no responde la ninguna necesidad objetiva de espacio en dependencias municipales», insistió el portavoz del BNG en relación a los argumentos del Gobierno local para resolver el convenio con la Favec, del que aún restaban años en vigor. Para el frente nacionalista esta expulsión representa «un síntoma más de lo muy mal que le sentaron a esta ciudad las mayorías absolutas de Abel Caballero», acusando al alcalde de «confundir su mayoría temporal en el Pleno con una especie de dictadura plenipotenciaria donde él se coloca por encima de todo».
El portavoz del BNG recordó en ese sentido que este desalojo es el último episodio de «represión» contra la Favec por parte del Gobierno local, primero rompiendo la interlocución con la entidad, que agrupa casi 40 organizaciones vecinales de Vigo, y luego retirándole «sin justificación» todas las subvenciones municipales.
De hecho, la Federación llevaba desde 2021 sin retornar a su sede en la Plaza de la Princesa por unas obras en el inmueble, a pesar de que los trabajos no afectaban a su local.
«Esta represión a golpe de amenazas y coacciones que padecen los colectivos de nuestra ciudad es un comportamiento más propio de la derecha reaccionaria que de un gobierno que se dice progresista», afeó Igrexas, remarcando la idea de que «democracia es mucho más que votar cada cuatro años».
«Democracia es respetar la pluralidad, el derecho de la ciudadanía a organizarse, a ejercer sus derechos fundamentales de asociación, de libre expresión, de trasladar sus opiniones mismo cuando discrepan con el Gobierno municipal», defendió el portavoz del BNG, quien destacó que su primera militancia en el movimiento vecinal le aprendió una importante lección: «En democracia el fundamental es escuchar, sobre todo al que piensa diferente, algo a lo que el actual alcalde Abel Caballero es abiertamente alérgico», remachó.
Oficina de Rehabilitación
La razón del gobierno local para desalojar a la Favec del inmueble municipal es la necesidad de más espacio para la Oficina Municipal de Rehabilitación. En la junta de gobierno local del pasado 7 de marzo, se reafirmó esta circunstancia, subrayando que el incremento de los medios personales y materiales de dicha oficina precisa de más espacio.