La Gran Vía de Vigo ya tiene en marcha las rampas mecánicas que conectan la avenida entre el cruce con la calle Venezuela y la calle Nicaragua. Dos tramos con una parada intermedia a la altura de la calle Bolivia que se unen a los tres anteriores, operativos desde hace más de dos años. Se termina así una de las actuaciones más ambiciosas del Concello de Vigo, en la que su alcalde, Abel Caballero, puso un gran empeño.
Aunque ha tenido que renunciar al primer tramo al no poder mover de su sitio el ‘Monumento al Trabajo’, el regidor vigués se mostraba este viernes especialmente contento. No olvidó el pasado –y por ello recordó la lucha judicial ganada a la Dirección Xeral de Patrimonio-, pero su sonrisa imperó durante el acto que se organizó a las 11.00 horas de este 24 de marzo, que contó con la presencia de gaiteros. Un día en el que la Gran Vía completa su corredor mecánico entre María Berdiales y las cercanías de la Praza de España.
Esa felicidad de Caballero se plasmó en bromas continuas y en los saltos que dio al final del trayecto de las nuevas cintas transportadoras, donde se ha colocado una de las principales novedades de esta actuación. Allí se han instalado unos paneles LED en el suelo, que simulan el mar. Cada vez que alguien los pisa, se imita la generación de un charco. Y además los peces intentan escapar si notan una amenaza humana.
Este pavimento con pantalla LED se encuentra bajo el ‘Pezseto’, otra silueta que pasa a formar parte del elenco de figuras singulares de Vigo. Por ahora, el verde no se aprecia mucho pero se dejará notar cuando las plantas que hay en su interior vayan creciendo.
Otra de las curiosidades se encuentra casi al otro extremo, en el primero de los dos nuevos tramos. Allí se ha colocado una rampa estática dividida en triángulos que absorben las pisadas de las personas y convierten esa fuerza en energía, que a su vez abastece a las cintas mecánicas. Una placa explica el funcionamiento de este elemento, que también puede suponer un entretenimiento para niños y niñas.
Por el medio del trayecto, que se puede completar sin esfuerzo en poco más de dos minutos, se han puesto varios bancos y sillas individuales para tomarse un descanso o charlar. Siempre alrededor de multitud de plantas y a cubierto gracias a los pórticos metálicos multicolores, tapados con vidrio. También se han renovado las aceras laterales, los servicios soterrados y la calzada.
“Hay algunos lugares cuyos alcaldes y alcaldesas vinieron a Vigo, vieron esto, cogieron la idea y están haciendo algo parecido allí”, comentaba Abel Caballero durante la visita que realizó a la Gran Vía. En su intervención se vio interrumpido por una persona que le echó en cara que la reforma del bulevar haya quitado peatones de las aceras laterales, lo cual ha perjudicado a los comercios.
La ejecución de esta segunda fase de reforma de la Gran Vía, que ha durado trece meses frente a los ocho previstos– ha supuesto una inversión de 3,6 millones de euros, que se unen a los 5 millones de la zona inferior.
Las cintas, de 40 metros de largo cada una y con capacidad para transportar a 7.300 personas por hora, disponen del habitual sistema que entra en modo de ahorro cuando no hay nadie usándolas. Asimismo, se alimentarán de energía renovable.
Esta obra ha generado algunos quebraderos de cabeza al Concello de Vigo, ya que empezó a principios de febrero de 2022 y debía haberse completado en ocho meses. Sin embargo, ha ido sufriendo retrasos progresivos. Se anunció su final para octubre, enero, febrero y, hace algo más de un mes, para “mediados de marzo”.
Próximas actuaciones
Tras esta remodelación, el alcalde vigués tiene previsto extender este modelo al otro lado de la Gran Vía, entre la Praza de España y la Praza de América. Será una intervención complicada, ya que la extensión es mayor. Está previsto acometer esta obra durante el próximo mandato (2023-2027), aunque habrá que compaginarla con la humanización de la Avenida de Madrid, cuyos trabajos se prolongarán durante al menos dos años.
Pero las próximas rampas mecánicas que se estrenen en Vigo serán las de la calle Carral. Caballero anunció en febrero que se intentaría ponerlas en marcha “a finales de marzo” pero, a juzgar por el grado de ejecución, no será posible dar ese paso hasta el mes de abril.