La segunda fase de las obras de la Gran Vía de Vigo sigue su curso y este martes ha dado otro paso importante con la llegada de la última de las rampas mecánicas que se instalarán. Un mes después de que se recibiera la anterior, se ha iniciado el montaje de la cinta transportadora que irá desde el cruce con la calle Venezuela hasta la confluencia con la calle Bolivia.
Las rampas mecánicas llegan “por partes”, según confirmaba el alcalde, Abel Caballero. Tras ser probadas en la fábrica, son enviadas a Vigo en cuatro secciones que se van ensamblando in situ. Así se hizo, sin ir más lejos, con la que se acaba de colocar entre las calles Bolivia y Nicaragua.
De esta forma, la Gran Vía sumará su quinto tramo de cintas para rematar esta “obra de gran importancia”, que suma una inversión de casi 9 millones de euros. Aproximadamente la mitad de esta cantidad procedió de fondos europeos.
El regidor vigués, que hace un mes situó el final de los trabajos en enero de 2023, habló este martes de terminar en “enero o febrero”. Además de montar esta última rampa, hay que incorporar las cubiertas, la ornamentación y el verde.
También hay que reasfaltar la calzada y perfilar las aceras. En lo que respecta a la circulación, la situación mejorará en poco más de un mes. Caballero ha asegurado que, para entonces, el tráfico estará “muy normalizado”. Se espera habilitar dos carriles en cada sentido “a finales de noviembre”, prácticamente coincidiendo con el encendido de las luces de Navidad. Según el alcalde, la Gran Vía no dispondrá de sus seis carriles “hasta que acabe la obra”.