La ría de Vigo no se libra de la marea blanca de plástica que desde hace días inunda Galicia. En las últimas horas las playas de Cangas y Nigrán recibieron también la invasión de pellets minúsculos. Ambos municipios activaron las alertas para iniciar la recogida del residuo procedente de un contenedor que cayó al mar a mediados de diciembre en aguas portugesas.
De norte a sur, el reguero de plásticos afecta ya a decenas de playas gallegas. Con el paso de las horas el mar trae hasta la orilla millones de pellets que viajaban en un mercante.
Los pellets de plástico, también conocidos como “granza” son pequeñas esferas (normalmente menos de 5 mm) que se utilizan como materia prima en la fabricación de productos plásticos. Surfrider Foundation Europe explican que estos microplásticos llegan a través de constantes pérdidas por parte de las empresas que trabajan con ellos, en las distintas etapas de la cadena de producción y distribución del plástico (producción, transporte, reciclaje…).
No se sabe exactamente cuántos fueron vertidos al mar. Cada saco puede contener hasta 1 millón de estas pequeñas piezas de plástico. Una vez en el océano, los pellets flotan en la superficie, lo que les permite circular libremente por grandes zonas afectando la flora y fauna.
«Se trata de una inmensa marea blanca y de un desastre ecológico», señalan desde colectivos como Surfrider. Por su pequeño tamaño y peso ligero, es casi imposible limpiarlos una vez que se esparcen por las playas. «Los pellets de plástico contienen muchos aditivos nocivos para la salud humana y el medio ambiente. En este caso, el contenido de estas bolsas se identificó como estabilizadores de luz UV», añaden.
La contaminación procede de la pérdida de carga de seis contenedores en las proximidades de Viana do Castelo. Uno de estos 6 contenedores llevaba pellets, pero se desconoce la cantidad de sacos que llevaba el contenedor.