A las 17:00 horas las inmediaciones de la Praza de América de Vigo ya se habían convertido en el vórtice de la ilusión. Según el alcalde de Vigo en 2023 fueron 115.000 vigueses a disfrutar de la Cabalgata de Reyes. Fue un evento tan concurrido como esperado en el que no faltaron las travesuras de niños, padres y abuelos; los nervios y la emoción. Este año las carrozas siguieron un recorrido diferente y en las calles por las que circularon se produjeron «taponamientos» debido a la afluencia masiva de ciudadanos.
Niñas y niños giraban sus cabezas desde todas partes y hacia todos los rincones ansiosos ante el comienzo de un desfile que se retrasó hasta las 18:00 horas. «Vamos, que xa é noite», exclamaba un caballero poco antes de que comenzara el espectáculo. No lo era, pero casi. En los ojos de los pequeños se adivinaba el torbellino de su vientre: hoy vienen los Reyes. Sí, esa sensación que todos recordamos y que algunos todavía somos capaces de rescatar de nuestras entrañas. Una emoción que probablemente fueran a buscar todas las personas entradas en años que asistieron al evento tanto solas como en familia.
Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente llegaron a Vigo el 5 de enero de 2023 y trajeron consigo a los rayos de sol que bañaron a la ría y sus gentes de ambiente festivo desde por la mañana. Mientras en las pastelerías despachaban centenares de roscones, en los bares de la zona centro se encontraban grupos de amigos con sus hijos a hombros. El Cíes Market se convirtió en un hormiguero dominado por la algarabía y por el baile. Probablemente Melchor, Gaspar y Baltasar sonreían entre la multitud, pero nosotros no los hemos visto por allí. Sabemos, eso sí, que estaban en Vigo.
La ciudad olívica fue la primera que visitaron del mundo, según las palabras del propio alcalde durante la mañana del jueves a las 11:30, hora en la que se celebró la primera de las dos Cabalgatas que se organizaron este año, el regidor anunció que a mediodía se reunieron 35.000 personas ante los Reyes Magos.
Un desfile entrañable, masivo y con «taponamientos»
Lía, de 6 años, le mandó su carta a Baltasar por correo. Ella misma fue al buzón y solo pidió tres cosas: «Unos patines y dos muñecas». Estaba con su mamá y su amiga Maia, también de 6 años. Ella se dirigió a Melchor, su rey favorito: «Quiero un kayak para ir de aventuras con papá».
Axel, de 6 años, está ansioso porque pasen los Reyes Magos. Este año pidió una trompeta: «Papá Noel se olvidó y quiero tocar música». «Además -anuncia el pequeño- tengo algo que decir: ¡Estoy muy aburrido!», exclama antes de soltar una carcajada con picardía. No es de extrañar, lleva desde las 15:30 agarrado a la barra. Agitando la valla. Son casi las 18:00 horas.
«Quiero que lluevan caramelos y nubes», grita Laura bolsa en mano. «Chuches, chuches», pide Marifé, de 9 años. Solo recoge los caramelos de fresa. Martina, también de 9 años, está nerviosa porque tiene «muchas, muchas ganas de que lleguen y necesita unos rotuladores para pintar manga».
La Cabalgata se retrasa: «Vamos, que é noite», exclama un hombre entrado en años. No lo era, pero faltaba poco tiempo de luz cuando avanzaron las primeras carrozas, entre las que estaban las de los tres Reyes Magos. El alcalde, como cada año, saludaba a la multitud casi en primera línea de una batalla campal de caramelos.
Los niños de la ciudad olívica reciben al regidor como si del cuarto rey mago se tratara. Aldara, de 9 años, que saltaba y gritaba tras sus gafas de sol. Quiere hablar con VIGOÉ, ella misma lo pide. Grita sin darse cuenta y habla atropelladamente. Está muy agitada, como si ya fuera adolescente y estuviese a punto de asistir al concierto de su estrella del pop favorita: «Llevo mis gafas de sol para estar elegante. Estoy nerviosa y no sé por qué… ¡Estoy demasiado nerviosa! A lo mejor es porque viene el alcalde. Es que no lo sé», exclama.
A Gladis, de 62 años, no le convence el nuevo recorrido: «Penso que son rúas moi estreitas e vai estar demasiado cheo todo». Todo un augurio de lo que sucedió en los más de tres kilómetros que duró el recorrido. Ella va sola, todos los años lo hace. Carmen, de 72, acude con su nieta y sus bisnietos: «Es mi día favorito, lo recuerdo cuando era pequeña con mucha ilusión, antes no había regalos ni lujos como estos, pero nos juntábamos todos los vecinos y era un día muy alegre», explica.
Algunos ciudadanos consiguieron abrir una de las vallas de la Avenida de Castelao antes de empezar el desfile y avanzaron por la entrada del túnel de la Praza de América para ver lo más cerca posible a Sus Majestades.
Desfilaban los personajes de Star Wars, que avanzaban frente a la comitiva real saludando a todas las niñas y niños. Frozen, Peter Pan, Los Cazafantasmas, Blancanieves, Catrinas Mexicanas… Un total de 11 carrozas que se intercalaban con los grupos de jóvenes bailarines cuyas coreografías revelaban el talento que está por venir.
A la cola del desfile, bomberos, protección civil y ambulancias velaron por la seguridad de un desfile sin grandes incidencias, «pero con muchos taponamientos», según fuentes de la Policía Local.
La comitiva descendió por la Praza de América y López Mora hasta llegar a Pi i Margall y al Paseo de Alfonso XII, donde Sus Majestades continuaron andando hasta la Porta do Sol entre miles de niños enfervorecidos en un evento tan masivo como entrañable.
Niños, padres y abuelos hicieron las mismas travesuras en el evento: intentar colarse a través de las vallas hasta conseguirlo en algunos puntos del recorrido. En el Paseo de Alfonso XII los agentes se vieron obligados a poner un poco de orden ante una desobediencia civil si bien prudente, inconveniente.
«¡Vamos ya! ¡Primera fila!», decía un niño de unos 7 años, «Dios mío, mamá, una avalancha», gritaba asustada una pequeña de unos 8 años agarrada a la mano de su madre cuando los Reyes Magos bajaron de las carrozas y la multitud siguió a Sus Majestades y al regidor hasta la Porta do Sol.
Entrega de llaves: «Están pensando en vivir en Vigo»
Los tres Reyes Magos llegaron a una Porta do Sol que se fue llenando mientras sonaba ‘Englishman in New York’, la emblemática canción que Abel Caballero añadió en estas fiestas a la banda sonora de la Navidad, quizá para recordar que Sting estuvo en Vigo.
El regidor empezó su tradicional discurso de reyes bajo el árbol de Navidad: «Aquí estamos para dar a benvida a Melchor, Gaspar, Baltasar e á Carteira Real e queremos transmitirlle aos Reis a satisfacción de que veñan a Vigo», exclamó.
«Os nenos de Vigo foron os mellores do mundo e merecen os mellores regalos, pero tamén as mamás, os papás, os avós e as avoas» y, continuó su discurso anunciando que los Reyes Magos: «Están pensando en quedarse a vivir en Vigo. Pregunteilles cal é a mellor Navidad do mundo e eles dixéronme que era a de Vigo».
«Isto é do que se trata. De facer esta gran festa e disfrutar da mellor Navidad», tras estas declaraciones, el alcalde procedió a entregar las llaves de la ciudad a los Reyes Magos: «Esta é a chave da cidade. A chave máxica que abre todas as casas de Vigo e con esta chave eles abren e entran a deixar os regalos», anunció a la multitud.
«Melchor, Gaspar, Baltasar e Carteira Real: eu vos fago entrega das chaves de Vigo». A continuación tomó la palabra el rey Melchor, que aseguró en nombre de la tríada mágica que «estamos percorrendo todas as cidades pero como Vigo ningunha. Seguide gozando e seguinde cantando». La Cartera Real fue la última en hablar: «Esta noite deixaremos os regalos que fun lendo cos meus colaboradores e ides recibir os vosos regalos porque este foi un bo ano e todos vos portastes ben».
La multitud no perdió la sonrisa cuando terminó el evento, todavía quedaba lo mejor: esta noche llegarán a casa. En una festividad como la del cinco de enero, tal y como dijo Gladis, una de las voces de esta crónica: «Todos volvemos a ser nenos».